Paul Atreides

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Pedido: MarinaSkarlet

Tipo: Romántico

|TN VITORI|


Desde que era muy pequeña, recordaba los hermosos ojos morados de mi madre. Recordaba su dulce voz llena de esperanza y cariño, sus brazos rodeándome con mucho amor haciéndome sentir protegida. Mi padre, por otro lado, no aparecía en mi memoria con mucha frecuencia; al contrario cada vez que intentaba recordarlo solo había un gran vacío. Ni siquiera podría describir las facciones de su cara, y no veía nada de él en mí así que no tenía cómo saber quién era él. Todo lo que podía recordar de él, era que el día en que mi madre murió una mujer con una ropa muy extraña me tomó de la mano y me llevó con ella.

- A partir de hoy vendrás a vivir a la hermandad Bene Gesserit - dijo aquella mujer- Tu destino ya está escrito.

No entendía a qué se refería, y la verdad nadie podía culparme tan solo era una niña de siete años. Las cosas no pintaban para bien, y tenía razón pues las hermanas me hablaban de cosas que no entendía nada. Constantemente me decían que yo debía mantenerme pura hasta que el momento indicado llegara, en un principio lo tomé como un cuidado que me daban al ser una niña. Pero, más tarde me di cuenta de que ella me estaban usando a su antojo.

Tenía nueve años cuando escuché que para establecer la paz en el universo, debían contraer matrimonio con el heredero de la casa Harkonnen. Quién en ese momento, era un hombre maduro y que por los rumores que había escuchado en los pasillos de la hermandad, era un hombre muy poco decente. Estaba asustada y no sabía que hacer, mis instintos me decían que huyera, pero no tenía a dónde ir.

Fue en ese momento que toda esperanza llegó a mí, Lady Jessica quien había ido de visita a la hermandad había escuchado todo y me ayudó a escapar. Ella también estaba en una situación complicada ya que debía dar a luz a una niña para la casa Atreides, quien debía contraer matrimonio con el heredero de la casa Harkonnen, pero en lugar de eso había tenido un varón.

Una vez que logré llegar a Caladan, pensé que mi vida mejoraría. Lady Jessica me había ayudado a encontrar un lugar dónde vivir. Desde muy pequeña comencé a trabajar, sin embargo alguien había notado que mis habilidades iban hacia otro lado. Un gran guerrero que pasaba por el mercado me vio mientras practicaba con un cuchillo para destripar un pescado.

- Que forma tan particular de tomar el cuchillo, niña- dijo él riendo.

Ya que muchos tomarían el cuchillo formando un puño cerrado, en cambio yo lo tenía apoyado en la palma pero lo sostenía con los dedos. Y cuando lo empuñaba la punta iba hacia atrás, lo que me permitía destripar mejor al pescado, pues partía de atrás hacia adelante.

Aquel hombre interesado en mí, me entregó su espada y me pidió que la empuñara. Lo hice del mismo modo en que tomaba el cuchillo, luego el hombre me dio un par de instrucciones para que moviera la espada. En menos de lo que él esperaba había sido capaz de cortar una fruta que había dejado frente a mí.

Se presentó cómo Gurney Halleck, uno de los mejores guerreros de la casa Atreides; quién además estaba encargado de entrenar al heredero. Gurney siguió frecuentando el mercado, solo para asegurarse de que semana a semana seguía con vida. Pasó un tiempo en el que me dijo que me llevaría a la casa Atreides para ser entrenada como una de sus guerreras. Pensaba que quizás, Lady Jessica había tenido que ver en la decisión de aquel hombre.

Con mi llegada a la casa Atreides, mi vida cambión en un cien porciento. Pues conocí al misterioso heredero de la casa... Paul Atreides; quien se volvió mi primer gran amor. Desde el momento en que nos conocimos sentimos que había algo muy grande entre nosotros, pues nos entendíamos y comprendíamos muy bien.

One shots de Timothée ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora