Kyle Scheible

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Tipo: Romántico

P2


KATIE POV 

Había tomado la decisión de invitar a salir a Kyle, me sentía segura con respecto a querer intentar algo con él. Pero tenía que estar segura de lo que realmente sentía por él y no estar confundiendo mis sentimientos. Pues él había hecho algo que me recordó mucho a Charlie, quien había sido mi primer amor y no sería justo para Kyle que mi corazón lo viera como el reemplazo de mi novio muerto.  

Si realmente quería intentar algo con Kyle, debía deshacerme de todo lo que me recordara a Charlie. Al fin y al cabo todo lo que viví junto a él siempre estará en mi memoria y en una parte especial de mi corazón, no tenía caso aferrarse a cosas del pasado cuando tenía que mirar hacia el futuro y vivir mi presente. Por eso una de las cosas que dejaría ir sería mi antiguo cuaderno. 

Arranqué la hoja con el número de Kyle y decidí que me compraría uno nuevo, que lo llenaría con esta nueva vida en California. No extrañaba las canciones que había escrito porque ahora llegarían a mi vida las letras más bellas que nunca jamás había escrito y para eso todo lo que tenía que hacer, era escuchar a mi corazón y dejar que todo fluyera. 

En ese proceso de sanación y autocuidado, pude conocer a muchas personas. Y fue en ese momento que un sueño del pasado, volvió a mi presente; formar mi propia banda. 

La música había sido algo que siempre estuvo presente en mi vida. De pequeña me pasaba todo el día cantando mientras hacía cualquier cosa, recordaba también que mi primera guitarra me la regalaron a los cuatro años. Si bien no era algo con lo que mi mamá estaba muy de acuerdo, mi papá siempre me apoyaba y se quedaba conmigo bajo el cielo estrellado nocturno mientras escuchaba las melodías que interpretaba. 

Siempre había soñado con tener mi banda, era algo que en verdad deseaba. E iba a intentarlo cuando conocí a Charlie y luego mi mundo quedó eclipsado por él; esta era mi nueva oportunidad de hacerlo por lo que cada vez que podía me ponía tocar la guitarra en el estacionamiento. 

Kyle decía que era agradable quedarse leyendo mientras yo tocaba, sentía que era un momento culturalmente enriquecedor. Y hablado de él, nuestra relación iba cada vez más en progreso.

Había sido cien por ciento honesta con él y le conté de mi pasado. No pareció molestarse por lo que le dije, hasta sentí que me daba su apoyo; esa era otra razón por la que debía esforzarme y conocerlo aún mejor. Quería enamorarme de nuevo y él estaba haciendo que todo fuera más sencillo. 

Pasaban y pasaban los días, Kyle era el chico más romántico del mundo cuando se lo proponía. A cada cita que íbamos me confirmaba que estaba hecho de oro, siempre proponía panoramas que a ambos nos gustaban y las risas estaban presente en cada momento. Incluso me ayudó con mi sueño de formar mi banda. 

Gracias a que él conocía a muchas personas, me presentó a alguno de sus conocidos. De esa forma fue que pude conocer a Liv, Josh, Wanda y Perry; con quienes congenié muy bien y habíamos formando un buen grupo de amigos.

Había tomado la decisión de darle una respuesta a Kyle, ya que en nuestra última cita él me confesó que me amaba y que quería estar junto a mí. 

Lo había hecho de la manera más romántica posible. Fuimos en su auto hasta un mirador, nos sentamos en el capó, él estaba sentado detrás de mi y yo entre sus piernas. Conversábamos de cómo algo que se podía ver todos los días, como el atardecer, podía ser el evento más hermoso y bello del mundo. Era algo tan hermoso que no se podía replicar porque cada atardecer era diferente; único y bello. 

One shots de Timothée ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora