Laurie (Theodore Laurence)

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Tipo: Romántico


Desde hace cuatro meses que soñaba lo mismo cada noche, estaba dando un paseo de noche cerca de la casa del chico de mis sueños mientras compartíamos una agradable conversación; nos sentábamos en la orilla de la fuente de agua que estaba en el jardín y observábamos las estrellas, de pronto sentí como su dedos trataban de tomar mi mano y como su cuerpo se iba acercando lentamente hacia mí.

Y cuando menos lo esperaba él me estaba besando, en ese momento todo a mi alrededor desaparecido solo existía nuestro beso. Todas mis dudas desaparecieron en ese momento, así como todas mis preguntas fueron respondidas, sentía como todos mis sentidos cobraban vida y todo era mucho más intenso. Dos piezas de puzle que encajaban a la perfección.

Al despertar cada mañana, la sensación de vacío en mi interior comenzaba a crecer y la alegría con la que amanecía desaparecía lentamente; desde que Jo me presentó a Laurie mi cabeza se había vuelto loca, sentía que el norte estaba abajo y mis pies arriba. Nada tenía sentido y todo lo que podía hacer era dejarme llevar por esos ojos verdes que me desconcentraban cada vez que los veía.

La visita de mis dos amigos se estaba volviendo casi una costumbre y no me podía quejar, aunque fuera compartido podía pasar tiempo con Laurie a pesar de que Jo se llevara toda su atención. Creo que eso era lo que me iba matando un poco, saber que estaba enamorado de mi mejor amiga me hacia sentir una traidora.

Recuerdo una cálida tarde de verano en que Jo me visitó sola, no podía negar que estaba un poco desilusionada por la ausencia del chico. Estábamos tomando el té mientras charlábamos de distintas cosas, una de ellas era su novela; estaba escribiendo una historia de amor algo bastante curioso dado a que ella decía abiertamente que nunca se casaría pues se negaba a renunciar a su libertad.

A medida que la charla avanzaba, Jo me hizo una pregunta que me dejó completamente sorprendida "Estás enamorada de Laurie, ¿no es así Aurora?" qué se suponía que debía responder ante tal cosa. No quería mentirle a mi mejor amiga, pero tampoco me humillaría frente a la chica que le gustaba al chico que me gustaba.

"Sí Jo, pero él te ama a ti por favor dejémoslo entre nosotras" ella comenzó a reír diciendo que no tenía nada con Laurie y que definitivamente él no estaba enamorado de ella. No quise seguir hablando del tema, suficiente era tener que saber que Laurie estaba enamorado de otra chica, aunque quizás a esta si la podría odiar ya que no era mi mejor amiga.

Luego de ese día las visitas de Jo disminuyeron, pero las de Laurie se multiplicaron cada día llegaba después del desayuno con la promesa de una aventura esperándonos fuera de casa. Estaba agradecida de los compromisos de Jo ya que podía tener para mi sola la atención de Laurie, no podía negar que sentía mariposas en mi estomago cuando él me trataba como una princesa.

Era el día de su cumpleaños había preparado un pastel de fresas, ya que era pastel que más le gustaba, cuando quise dárselo me dejó muy sorprendida, "Aurora cuando llegue el momento te pediré mi regalo, por ahora disfrutemos del pastel que has hecho". Besó mi mano derecha y tomamos el té viendo como el cielo azul brillaba en todo su esplendor.

Me invitó al pequeño baile que su tío haría en su honor, los invitados eran las March, el profesor de Laurie y yo. Todo parecía maravilloso, en el momento en que vi a Laurie no pude evitar soltar una pequeña risa ya que tenía el corbatín mal puesto, con una sonrisa muy tímida me acerqué a él para acomodarlo. "Lo tenías mal puesto" me excusé cuando sentí su intensa mirada sobre mí, "Que bueno que siempre estés aquí para acomodarlo" dijo él sonriendo de manera muy tierna.

Me la estaba pasando muy bien y ver la hermosa sonrisa de Laurie hacia que todo fuera mucho más lindo. El cumpleañero se acercó a mi y me sacó del salón, comenzamos a dar un paseo por la fría y estrellada noche mientras conversábamos de cualquier cosa, él tomó mi brazo y me guío hasta la fuente de agua que había en el patio. En ese momento sentí que mi corazón se paraba de un solo golpe, todo se parecía a mi sueño.

No sentamos mirando a la ventana del salón, todos parecían estarse divirtiendo y de un momento a otro sentí los dedos de Laurie tratar de tomar mi mano, no pude contener el sonrojo que comenzó a crecer en mi cara bajo su tierna risita. Mis ojos se encontraron con los de él, su mirada esmeralda me estaba hipnotizando poco a poco.

"¿Ya me dirás qué quieres de regalo?" dije mirándolo directamente a los ojos, pude apreciar el momento en que sus labios formaron una sonrisa muy coqueta que me hizo revolotear el estómago. "Hay algo que siempre he querido, Aurora" dijo él mientras se acercaba a mi lentamente y de pronto pasó.

Laurie besaba mis labios da una manera tan suave y tierna que sentí como todo lo una vez existió a mi alrededor perdía su importancia. Lo único que tenia mi atención era aquel beso con lo que llevaba mucho tiempo soñando y hoy se hacia realidad, nuestros dedos entrelazados sobre la fuente, su otra mano sosteniendo mi mejilla delicadamente y sus labios acariciando suavemente los míos. Esto sin duda era el paraíso.

"Cásate conmigo Aurora" dijo luego de separara un poco de mí, lo miré a los ojos me di cuenta de que brillaban como nunca y en su mirada no había ningún signo de duda, "Desde que te conocí he estado enamorado de ti" eso era todo lo que necesitaba escuchar para volver a besarlo, sentí sus manos bajar a mi cintura y con una sonrisa dije "Laurie, claro que me casaré contigo".

Miraba al chico que estaba junto a mí, su mano sujetaba la mía y sus ojos estaban perdidos en algún punto de mi cara. Una tierna y dulce sonrisa apareció en sus labios, había soñado tantas veces con estar así con él que no podía evitar pensar que estaba durmiendo y que en cualquier momento me despertaría.

Caminábamos por la playa disfrutando del día, sabía que estaríamos en problemas pues huimos de la planeación de nuestra propia boda. Mi madre y su tío estarían muy molestos, pero nada nos importaba me gustaba mucho estar a solas con Laurie, sobre todo cuando nos escapábamos.

Sentí las manos de Laurie hacerse camino por mi cintura mientras mirábamos al mar, no podía evitar sentirme la chica con más suerte en el mundo. Sus labios comenzaron a bajar por mi cuello llenándome de cosquillas para luego comenzar a hacerme verdaderas cosquillas en las costillas.

Estábamos jugando como si fuéramos un par de niños pequeños, sabía muy bien cual sería el premio de atrapar al otro, un apasionado beso lleno de amor. Sus manos me atraparon y mi pecho quedó pegado a su torso, "La atrapé futura señora Laurence, es hora de que reclame mi premio" bajó sus labios a los míos y me bajó cautivada bajo su encanto.

One shots de Timothée ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora