Timothée Chalamet

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Tipo: Smut

Se me consideraba una persona bastante ambiciosa, yo prefería llamarlo abierta a la negociación, desde que entré en Cambridge mi vida solo se trató de competencia. Tenía cierta ventaja que también era mi desventaja, la universidad se había interesado en mí cuando tenía quince años. Según ellos era una especia de niña prodigio, el neurologo decía que tenía cierta ventaja sobre los demás pues mi cerebro estaba sobre estimulado por lo que le costaba menos hacer los procesos que donde se envuelve el conocimiento. Lo que se traduce en que aprender no me costaba.

Tenía un coeficiente intelectual de ciento quince arriba del promedio, pero no superior y eso sumado a memoria fotográfica había terminado con el resultado que tanto esperaba, ir a la universidad a los quince años. De esa forma podría moverme más tiempo y de mejor manera dentro del mundo laboral, o mejor dicho del mundo de la publicidad.

El dicho "mientras más cueste, mejor es la recompensa" comenzaba a vivirlo y por eso se me consideraba una mujer despiadada dentro de los negocios. A los diecinueve años me gradué con honores y una propuesta millonaria, ser parte del equipo de publicistas de Marvel; durante los cinco años que había trabajado para la compañía, logré cerrar contratos millonarios que beneficiaron mucho a la empresa.

Luego de que escuchara como la junta directiva trataba de hacer un escandalo para que me despidieran y mi reputación como publicista quedara en el piso, renuncié a Marvel y me llevé muchos secretos que nunca supieron que estaban en mi conocimiento. No me preocupaba irme de la empresa, pues lo había planeado mucho tiempo.

Mi estadía en Marvel solo sería un medio para ir escalando aún más arriba en el mundo de la publicidad, quería tener un curriculum lo bastante variado como para hacer pelear a las empresas por mí. Aunque la oferta más grande que tuve fue para ser la publicista de un actor, que prometía ser la nueva estrella de Hollywood.

Aquel día me reunía con el manager de Timothée Chalamet quien me ofrecía mucho por ser parte de su equipo. Aunque había algo que me gustó mucho y era el hecho de que trabajaría sola sin que nadie me cuestionara, además que el chico no estaba nada mal, lo cual cerraba la propuesta con broche de oro.

Dos semanas después de estar trazando estrategias y hablando con John, el manager de Chalamet, para decidir qué contratos le convenían al chico de ojos verdes decidimos darle participación en la elección. Ese día lo conocí en persona y sin duda ese chico se veía totalmente delicioso.

- Timothée te presento a... -comenzó hablando John.

- Robin Hastings-dijo él sonriendo coqueto mientras extendía la mano hacia mí- No olvides que yo te pedí que la contrataras, costara lo que costara.

- Un gusto Timothée -dije sonriendo con picardía tomando su mano- Así que estabas interesado en mi trabajo.

- Eres de lo que más se habla en la publicidad -dijo él- Solo un tonto no te querría en su equipo.

Si había algo que me gustaba era que me alabaran y este chico lo hacía más que bien, algo me decía que trabajar para él sería lo más excitante de mi vida. Mientras tanto teníamos que decidir entre qué papel debía escoger Timothée, Elio Perlman o Peter Parker, saber que estaba siendo pedido por Marvel me hizo querer robarle a esa estúpida empresa que desperdicio mi trabajo a tan maravilloso chico.

Había estudiado a Luca Guadagnino con la elección correcta de los actores y un foco importante de atención aquella película sería un éxito rotundo. Le aconsejé a Timothée rechazar a Marvel y aceptar el papel de Elio Perlman, John comenzó a dudar de mi decisión, pero la ultima palabra la tenía Timothée quien escogió ir a Italia.

One shots de Timothée ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora