Hal (Henry V)

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Tipo: Dramático

Podía escuchar como las campanas chocaban entre sí anunciando el medio día. Últimamente me sentía muy cansada y casi no quería salir de la cama, pensar en todas las obligaciones a las que me tenía que enfrentar me agobiaban muchísimo; todo lo que quería era cerrar los ojos y pensar en que todo lo existía era el silencio, la paz y la calma. 

-- Su majestad, ya es hora de salir de la cama -- escuché hablar a mi doncella. 

-- Ya voy Cara, ya voy -- dije soltando un suspiro. 

Sin muchas ganas me levanté de la cama pensando en que una vez más me tocaría dar cara al reino de Inglaterra y fingir que soy una mujer amada por su esposo. Aunque esto ya me está partiendo el alma, cada día es una agonía porque por más que quiera nunca seré la mujer que Henry ama. 

Por más que él lo intentara jamás me vería como la miraba a ella. Parecía que quedaba cautivado con tan solo verla entrar en una habitación, como si el tiempo se congelara solo para darle la oportunidad de apreciar cuan bella y hermosa era ella. 

Y otra vez estaba yo ahí, sentada al lado de él en el trono observando como mi marido solo tenía ojos para aquella muchacha de largos y rizados cabellos castaños. Cada vez que ella sonreía le escuchaba suspirar, como si quisiera ser él la razón de sus sonrisas. 

-- Te molestaría no ser tan obvio -- murmuré en su dirección -- No quiero que los súbditos me vean con más pena. 

-- Lo hubieras pensado antes de decir que sí -- dijo él mirándome -- Sabías muy bien a lo que te enfrentabas, además para ellos solo eres un adorno. Su verdadera reina es otra. 

Sus ojos se movieron cuando aquella chica se retiró del salón, no pasó mucho tiempo cuando se levantó y la siguió . Seguramente se irían a encontrar en los rosales donde siempre montaban un espectáculo dejándome en ridículo. 

-- Mi reina no debería dejar que esa harapienta se entrometa en su matrimonio -- dijo Cara.

-- Cara te pediré que bajes la voz, puedes ofender a alguien aquí -- dije mirándola seriamente. 

Me tomó de la mano y me llevó fuera del salón, iba pasando cerca de los jardines cuando al mirar pude ver a Henry con aquella mujer. La muy desvergonzada estaba muy felizmente entre sus brazos mientras este le hablaba al oído, ambos sonreían. 

-- Mi reina esto es inaudito -- dijo mi doncella -- El rey le debe respeto, ella no es más que una mosca muerta, una pordiosera que solo le hace ojitos. No se puede comparar a usted, debería expulsarla del castillo. 

-- Sabes que no tengo ese poder -- dije mirando al suelo -- Ella tiene comprados a todos los nobles, ellos me dan la espalda por culpa de ella. 

-- ¡No es más que una muerta de hambre! -- dijo Cara enfurecida -- Mi reina debe ponerla en su lugar. 

Esa idea me gustaba y sabía muy bien como iba hacerlo. Se acercaba el baile por el cumpleaños de un Conde muy cercano a la corona, ese día la atención de Henry tenía que ser solo mía. Mandé a diseñar el mejor y más bello vestido que pudieran confeccionar, sabía que Henry le compraría un vestido a su amante por lo que yo debía estar mucho más bonita que ella. 

El día por fin había llegado, esa muerta de hambre sabrá exactamente cual es su lugar en este castillo y dentro de la sociedad. Tenía un plan muy bien ideado y Cara me ayudaría a deshacerme de esa mosca molesta, lucía un hermoso vestido azul como mucho vuelos en el pecho y el corsé acentuaba mi cintura, esta noche Henry se convertiría en mi esposo en toda la regla. 

One shots de Timothée ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora