Hal (Henry V)

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Tipo: Triste

|HAL/HERNY|

Estaba sentado en mi trono con la mirada perdida, mi cuerpo estaba en la corte y mi mente estaba enterrada en el pasado. No podía dejar de pensar en Claire y en todas las mentiras que me dijo, ella prometió que no habrían despedidas ¿Entonces por qué su trono a mi lado estaba vacío? La luz de las velas daban a la corte un aspecto mucho más lúgubre y apagado, era como se sentía mi corazón.

No podía dejar de reprocharme por lo que pasó, mis consejeros se trataron de acercar y con una sola mirada los aparté; ya había tenía suficiente de ellos, bajo la atenta mirada de todos los nobles me levanté del trono y caminé directamente a mis aposentos, nada se sentía como antes y el ir a distintas partes del castillo dolía más de lo que pensaba.

Había cometido tanto errores y aquella habitación me los recordaba, cuantos besos y caricias habíamos compartido en secreto. No quería que nadie supiera que ella era lo más importante en mi vida, así estaría a salvo y se quedaría conmigo siempre; era curioso que yo la llamara mentirosa cuando yo también lo era.

Me dejé guiar por las personas incorrectas y alejé a la única persona que siempre estuvo ahí para mí; ese error me perseguiría toda la vida. Entre estas paredes le juré amor eterno y aún así falté a mi palabra, aquello terminó de costarme su corazón; ella había estado sufriendo tanto tiempo en silencio y ahora las paredes me gritaban todas las lágrimas que Claire dejó caer por mí. Aquella angustia me estaba matando, había retenido mis lágrimas por mucho tiempo y en la seguridad de mis aposentos podía ser yo.

Lloré sobre la cama hasta que sentí que me quedaba vacío, ¿era posible sentir más vacío de lo que estaba? Necesitaba escuchar de nuevo su voz o sentir sus caricias en mi cabello, quería volver a besar sus labios, hacerle el amor con la pasión de siempre. Claire era la única mujer que había podido no solo encender mi cama, sino que mi corazón también.

Recordaba mucho todo lo que me costó conseguir su corazón, mi fama de borracho y mujeriego me precedía por lo que Claire no quería saber nada conmigo. Aunque fuera un príncipe ella parecía no estar interesada, cuando la cortejé como el rey de Inglaterra su negativa persistía; tenia miles de doncella a mi disposición y cualquiera de ella accedería a casarse conmigo, pero yo la quería a ella Clarissa Morganstain era la chica con la que me casaría, aunque me costara años lograr que me aceptara.

Me tomo unos meses para hacerla aceptar sus sentimientos por mí, con la promesa de que nunca le haría daño accedió a ser mi esposa. Todo en nuestro matrimonio parecía ir bien, Claire era una reina maravillosa, bondadosa y comprensiva; siempre estaba en distintas fiestas de té y mandaba a muchos espías para recaudar información sobre los miembros de la corte.

Muchos de los nobles no me querían en el trono y lo que necesitaba era un ejercito tan grande y poderoso que pudiera tener, con la brillante ayuda de Claire estaba ganando mucho poder ya que todo lo que ella hacía lo hacía en nombre del rey. "Nuestro amado rey está muy preocupado por el bienestar de cada uno de sus súbditos, yo no soy más que una enviada por él para prometeos que siempre estará de vuestro lado". Pensar que con su partida había logrado unificar tanto al reino que estaban dispuestos a perderlo todo con tal de seguirme.

Mis consejeros temían el poder que estaba ganando Claire, por lo que me recomendaron que la mantuviera lo más alejada de los asuntos del reino. Que se dedicara a tejer y bordar como lo hacían todas las esposas, pero pedirle eso a Claire era como pedirle al sol que no brille en las mañanas de verano.

Tenía miedo de que le hicieran algo por lo que aparté a Claire todo lo que pude, tampoco quería ser visto como un rey a la sombra de su esposa. Con el paso de los días estaba cada vez más alejado de ella, ya casi ni daba paseos por ella y cada vez que me pedía un poco de atención le decía que estaba muy ocupado para atender sus tonterías.

Cada vez eran menos la veces en las que hacíamos el amor, ella buscaba un poco de cariño y amor en mis brazos mientras yo buscaba un heredero. No sabía que lo que me estaba pasando que ya no quería tenerla cerca, había encontrado una amante que me satisfacía sexualmente cada vez que Claire se negara a cumplir con sus obligaciones de esposa.

Un día ella me descubrió con mi amante, en sus ojos solo vi dolor y traición; casi ni me dirigía la palabra y fui ahí cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo. Estaba tirando por la borda lo que tanto trabajo me había costado, traté de acercarme a ella, pero el juego había cambiado ahora era Claire quien no me quería cerca.

Pasaban los días y ella se dedicaba a ser una esposa de mentira, casi no hablábamos y yo me estaba muriendo por escuchar su hermosa voz. Quería recuperarla, había sido un imbécil y necesitaba al amor de mi vida cerca; las cosas dentro de la corte no iban muy bien y todo indicaba que tendríamos una guerra con Francia.

Hice algo que Claire me sugirió hace mucho tiempo, reunirme con el rey de Francia y pactar una paz; llegar a una buena negociación sería lo mejor para ambos países. Mandé una carta a Francia y el rey acordó verme, con los mejores soldados del castillo acudimos al lugar de encuentro, pasaba el rato y no había ni un rastro de alguna embarcación francesa.

Poco a poco me di cuenta de que era una trampa, los mejores soldados estaban aquí por lo tanto el palacio estaba desprotegido... Claire.

Cabalgué a toda velocidad para llegar al palacio vi muchos cadáveres de sirvientes, muchas doncellas estaban en shock y no decían palabra alguna. Una de las damas de Claire se acerco a mí tenía la ropa toda desarreglada y varios golpes en la cara, pregunté por la reina y ella solo pudo negar con la cabeza; corrí a la corte y no había nada, todo el mundo estaba tan impactado que no eran capaces de decir nada.

Revisé nuestros aposentos, en la puerta estaban los cadáveres de los guardias al entrar en la habitación lo primero que pude ver fue el piso, ahí estaba Claire con un puñal en el pecho. Recuerdo haber gritado con mucho dolor, me acerqué a su cuerpo y tomé su rostro entre mis manos no sabía en qué momento había empezado a llorar.

Tenia una dolor tan grande en el pecho que no sabía qué hacer, sabía que con mis acciones estaba perdiendo a Claire y ahora por culpa del rey de Francia no podría hacer nada para que ella me perdonase. Ella se había ido y nunca más volvería, así como mi corazón nunca más volvería a amar.

One shots de Timothée ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora