Elio Perlman

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Tipo: Romántico

P1

|TN VITORI|

A medida que el auto avanzaba recordaba a mi querido amor de la infancia, un maravilloso niño llamado Elio, nos separamos por el trabajo de mis padres quienes eran diplomáticos por lo tanto pasábamos viajando de un país a otro. 

A mis cortos diecisiete años había vivido en un total de diez países mi estadía en ellos siempre fue incierta, no sabía cuándo me iba ni cuando volvería por eso me emocionaba mucho poder volver a la ciudad de Crema.

No había estado allí en diez años y las cosas pueden cambiar mucho con el tiempo recuerdo que mi niñera en aquel tiempo había sido la madre de Elio, mis padres me iban a dejar muy temprano a su casa y ella me guiaba hasta una habitación para dormir un poco más. 

Elio solía escabullirse en el cuarto y se acostaba junto a mí hasta que su madre nos despertaba para desayunar.

Lo recordaba como un niño tan listo como introvertido a pesar de eso vivimos las mejores aventuras hasta que mis padres me dijeron que debíamos partir rumbo a Canadá al día siguiente casi ni me dio tiempo para despedirme de Elio

Me dolió mucho dejarlo sabía que él también estaría triste por lo que le regalé una cadenita con la silueta de un ángel. Él también tenía un regalo para mí un pequeño anillo con la forma de un corazón, actualmente ese anillo me quedaba en el dedo medio.

Después de eso no volví a saber de él; sin dudas el recuerdo más preciado que tengo de Elio es cuando un día Mariza me estaba molestando y él me defendió de ella, estaba llorando tanto que Elio no supo que hacer así que me dio un tierno e inocente beso en los labios. 

Luego del beso recuerdo haber dejado de llorar y él me hizo prometer que si volvía a llorar él besaría mis labios para hacerme sentir mejor.

Quería volver a verlo con todas mis fuerzas, aunque algo dentro de mí me decía que me llevaría una gran sorpresa, quizás ya tenía novia o ni siquiera se acordaría de quien soy.

Lo único que podía hacer era esperar a llegar e ir a verlo, mi tan adorado niño de risos castaños. Una vez que estuvimos en casa comenzamos a desempacar mamá dijo que contrataría a alguien para que hiciera la limpieza y se encargara de la casa.

Comencé a acomodar las cosas en mi antigua habitación, estaba muy claro que mi padre había cambiado algunas cosas ya que la cama de princesas que tenía fue reemplazada con una cama matrimonial lo bastante grande como para cuatro personas.

Colgué las fotos de mis amigos en las paredes y tomé mi fotografía preferida para colocarla en mi mesita de noche.

Luego de acomodar todo el cansancio me pasó factura y caí profundamente dormida sobre la cama, no sabía cuánto había dormido, pero ya no me sentía agotada bajé las escaleras me dirigía a la cocina cuando en el mostrador me encontré con una pequeña nota.

"Buen día dormilona, ya nos hemos ido a la embajada llegaremos tarde así que no nos esperes para cenar. La señora Perlman se encargará de la casa, no le des problemas, hay comida en el refrigerador.

Te quieren mamá y papá."

Luego de leer la nota algo en mi interior se removió por completo, si la señora Perlman se haría cargo de la casa eso quería decir que sabía que estábamos aquí por lo tanto Elio quizás también lo sabía. 

Estaba hecha un manojo de nervios y el estómago me daba miles de vueltas no sabía si era por el hambre que sentía o por la posibilidad de que Elio supiera que estaba aquí.

One shots de Timothée ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora