Capítulo 9. Cumplir mi promesa.

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Capítulo 9.

Cumplir mi promesa.

Finalizando mi turno recibo un mensaje de Gaby avisándome que pasado mañana ya podré tomar posesión del departamento, por lo que me encuentro feliz.Por fin podré dormir, tener intimidad y tranquilidad. 

Me cambio en el vestuario, paso por el star a tomar un café, no sé si habrá algo de comer en la heladera de la casa de mi madre. Al ingresar, me siento a tomar el café y veo que Román va llegando a su turno, le comento del departamento, que necesita algunos arreglos y muebles, se ofrece a ayudarme, sin contar lo demás le aviso que van a consultarle sobre las pacientes para que no le pase como a mí. 

Entonces me pregunta:— ¿Y qué piensas hacer con la promesa? Sabes que no se le deben hacer promesas a los pacientes de lo que no estamos seguros—.

 — La verdad es que es una promesa que me rondó la cabeza anoche, sé que no se debe, pero necesitaba que me soltara y se dejara llevar a quirófano, pero tampoco la puedo romper, una promesa es una promesa. 

No sé si sería lo correcto, no pude proteger a mi hija, dudo poder proteger a la hija de alguien más, quizás, yo sería peor para ella, sólo que la paciente no lo vio — le respondo. 

 — ¡¡¡¡Ayyyy Alexia!!!! ¿De qué estás hablando? Tú no fuiste responsable de la muerte de tu bebé, sólo fuiste una víctima, al igual que lo fue tu bebé — contestó Román y fue ahí cuando estalle y solté todo lo guardado durante mucho tiempo rompiendo en llanto: 

 — Mira Román, sé lo que pasó, sé que también fui responsable por no irme, por creer que él cambiaría estando embarazada. Por pensar que era la única persona que podría quererme, y perdí o mejor dicho, permití que me quitara lo único importante. Sé que no soy bonita ni inteligente. Sé que no tengo un cuerpo de infarto, sé que no soy divertida, o sociable. Encima estoy sucia y rota, doy asco. Me miro en el espejo y entiendo por qué mi familia no me quiere.

 Porque llevo la vida que tengo, es horrible lo que veo en mí. Me lo ha dicho él y mi familia también, ¿Qué clase de madre sería para Sofía? ¿Qué futuro podría darle? Ni siquiera podría darle un padre porque ya no sé si hay amor en mí. Acá me ven todos los días bien porque no demuestro, pero mi realidad es otra, ni siquiera la psicóloga que me atendió cuando abusaron de mí pudo ayudarme. 

 Lo que prometo lo cumplo, pero ésta vez no sé qué hacer, tengo miedo de destruir más que de ayudar, y ya ha pasado por mucho, merece alguien mejor —. 

 — Estás completamente negada a todo Alex, estás llena de heridas que por una culpa que no te corresponde no dejas que se cierren. Te veo todos los días hablar con los sufrientes con los ojos brillosos, entregándoles todo el amor del mundo para hacerlos sentir mejor. Les das un pedacito de tu corazón a cada uno. No digas que no hay amor porque lo veo en ti y si hay amor, lo tienes escondido porque cada vez que lo mostraste a quienes no lo merecían, saliste herida entonces por miedo, lo tienes bien oculto donde nadie pueda lastimarlo. 

 Tienes una mala familia, listo, tírala y hazte una propia. No quieres estar en pareja, no lo estés, puedes ser feliz igual. Sí, eres graciosa, si eres sociable, si eres inteligente, sólo eres selectiva y está bien así.Y no digas que eres fea mujer, eres muy hermosa, y eso que a mí las mujeres no me gustan, pero sí, eres muy hermosa. Estás fuera del estereotipo irreal de pasarela, pero eres voluptuosa y estoy más que seguro de que la mayoría de los que trabajan aquí morirían felices perdidos en esas curvas de infarto de éste ser humano de 1,50 mts que en una tabla larga de la cual no diferencias pecho dela  espalda. Que son superficiales en todo sentido y que no tienen un sólo tema interesante de conversación. 

 Alex, tienes que parar de someterte a ti misma y empezar una vida propia, independiente, segura y tranquila. Ya empezaste con tu departamento, ¿qué te detiene ahora? Si no empiezas a ver la realidad con claridad, no avanzarás jamás, piénsalo, quizás ésta personita que tan difícilmente llegó a éste mundo, llegó por algo y quizás tú te cruzaste con ella por algún motivo, nada pasa por nada —. Respondió Román abrazándome, luego se despidió y se fue a comenzar su turno, dejándome mil cosas en que pensar. 

 Llego a casa, gracias a Dios otra noche más, sin fiesta y sin nada en la heladera, una noche más repite mi cabeza, sólo una más.

 Luego de encerrarme bien, me recuesto en mi cama reflexionando en todo lo que Román me dijo. Siento como si me hubiera liberado de una pesada carga que tenía en los hombros, quizás, desahogarme en su hombro, me hizo bien. Quizás, lo necesitaba. Me duermo pensando en eso y en Sofía.

Siempre SofyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora