Capítulo 41. Andrea.
La dulce maestra.
Máximo.
Al llegar a casa de mis padres, el médico junto con su equipo nos esperan en la habitación para trabajar con Alex.
Mientras estamos esperando su diagnóstico hablo con mi padre y le digo que lleven a todos los que quedaron vivos en la mansión al depósito, luego que busquen y traigan también a Bustamante, a Sipriano y a la madre de éste a quienes también los quiero en el depósito.
Mi padre me asegura que en dos horas estarán todos en el depósito. Mi madre pide un té de hierbas para ambos, cuando lo traen es el mismo que Alex le dio el día que creyó que se sentía mal. La observo y me mira con una sonrisa llena de tristeza y preocupación.
Mientras continuamos esperando le pregunto:
— ¿Se puede saber qué hacías en redada? ¡Pudiste haber salido lastimada o muerta! ¿Cómo se te ocurrió arriesgarte así? ¿Es que no piensas? ¿Quién se quedó cuidando a Sofy? Si nos pasaba algo a nosotros, ¿Quién se encargaría de Sofy? Fue una locura la que hiciste, tengo ganas de matarte ¡¿A caso estás loca? ¿Cómo se te ocurrió hacer semejante estupidez?! —.
— Hey, hey, hey, jovencito, a mí me tratas con respeto que yo no soy tu amiga ¿Se entendió?
Primero que nada, no iba a permitir que lastimaran a Alexia, hice por ella lo mismo que haría por ti, tu hermano o tu padre, sentada esperando de brazos cruzados cuando uno de los míos estaba en peligro no me iba a quedar.
Segundo, no iba a pasarme nada, que no esté metida en sus embrollos, no quiere decir que no sepa cuidarme bien sola, ya los he ayudado otras veces y ni cuenta se dieron —. Y es aquí donde me dejo con la boca abierta, nunca lo supe o lo supimos y es verdad nunca nos dimos cuenta.
— Tercero, si se meten con los míos, soy más fría y pienso mejor que ustedes cuatro.
Cuarto, Sofy está excelentemente cuidada por Paolo – Paolo es el hermano mellizo de mi padre, mi primo es el Jefe del clan de Noruega, ya que mi tío es muuuuyyy parecido a mi padre y no sólo en la parte física.
— Estuvo ésta semana de visita, llamó hace dos días para venir a vernos, y ante el secuestro de Alex, hizo traer también a sus hombres. Le pedí si podía ayudar cuidando a su sobrina-nieta, no lo dudo un segundo e ingresó al hospital sin problemas como el padre de Alexia. Quinto, nadie se tendría que encargar de Sofy, porque Paolo y Claudia se encargarían de ella.
Que sea la última vez en tu vida, nene, que te diriges a mí de esa manera.
No soy una vieja decrépita, ni tú, ni tu hermano saben nada de mí o de mi vida más que hasta donde con tu padre les dejamos saber. Sé mejor que ustedes por lo que Alex pasó ¿O acaso alguno de ustedes dos conocen o saben algo de mis padres? – Y es verdad, jamás conocimos a nuestros abuelos por parte de mi madre – ¿O de mis hermanos? No, no sabes nada, no saben nada. La vida de Alex es muy parecida a lo que fue la mía, muchas veces me veo en ella.
Ella no merecía todo ésto al igual que yo, ahora, deja de molestarme con tonterías "idiota", concéntrate en lo importante y empieza a buscar información para terminar con todo ésto de una buena vez para que Sofy pueda tener una vida. Y termina tu té que se te enfría, ten, - me alcanza un plato— come galletitas, que noche no cenaron.
Al rato sale el médico explicándonos todo lo que le hicieron. Alex tenía incrustaciones de vidrio en manos y pies, que se le retiraron todos los pedazos y astillas, y han curado sus extremidades. Tiene una infección importante por las heridas que ya están siendo tratadas con antibióticos intravenosos que empezarán a hacer su efecto en dos o tres días. Le están dando analgésicos para que no tenga dolor ni fiebre y bastante suero para rehidratarla, ya que perdió mucha sangre.
Nos sugiere comer algo y después volver, que por aproximadamente una hora o un poco más seguirán trabajando con ella y luego nos dejarán entrar a verla, así que mi madre me insta a bajar argumentando que debe comer para ir luego al hospital con Sofy.
En cuanto bajamos mi hermano, mi padre y Walter están entrando. Jhonathan me dice que está todo listo, que están todos en el depósito, que hay que sacarles información porque hay personas que lograron escapar. También me dice que habló con Sanders, que entre la policía y mis hombres restringieron todo egreso de la ciudad, así que nadie podrá salir hasta que encontremos a quien nos falte.
Mi padre, quien no quita su mirada de mi madre, me dice:
— Lo siento hijo, ya sabes como es – se encoge de hombros y luego se gira hacia mi madre con una sonrisa y mirada lujuriosa. — Eres hermosa. — Mi madre ríe coqueta y mi padre en dos pasos llega hasta ella y comienza a besarla como si no hubiera mañana. Con mi hermano los miramos con asco y desaparecimos del salón mientras mi padre la lleva entre besos y toqueteos, a los que mi madre no pone ninguna resistencia, todo lo contrario, la acompaña hasta su habitación.
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Siempre Sofy
RomantizmAlexia es una mujer que no ha tenido una vida sencilla, sin embargo con empeño ha salido adelante. Una familia que nunca la quiso, injusticias que han dejado al descubierto su propia fortaleza, cosas del destino que la han hecho cambiar. Un día se p...