Capítulo 35. Aléjate de mí.

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Capítulo 35.

Aléjate de mí.

Alexia.

Si bien el cansancio me estaba venciendo, pedí a Max salir a la pizzería, compré como diez más varias gaseosas, no dejé que pague él, las volví a llevar a mi casa para festejar con ellos ésto que habían hecho por mí, no me alcanzaría la vida para agradecerles. 

 Les di a todos mi número de teléfono por cualquier cosa que necesitaran y los pudiera ayudar.

 Cuando todos se retiraron sólo quedamos Max y yo. Me saqué los zapatos, me desplomé en el sillón. Max se sentó conmigo sin decir nada, encendí el smart y puse una película, quedándome dormida al instante. 

En medio de la noche siento que me acarician el cabello una y otra vez. Abro los ojos algo desorientada, me cuesta reconocer el lugar en donde estoy hasta que recuerdo el día de ayer.Me doy cuenta de que estoy recostada sobre algo mullido, cuando me doy vuelta veo a Max que me acaricia mientras estoy dormida en su muslo. Yyyy... no puedo más, me incorporo, tomo su rostro y le estampo un beso en sus labios, el cual él continúa sin soltarme, nos separamos por falta de aire, me mira a los ojos:

 — Te amo Alexia, te amo hace mucho, no quiero alejarme nunca más de ti. 

Cada segundo que pasa, que no te veo, que no te siento, que no sé de ti, es la muerte.Ya no sé como parar ésto que siento, ya no sé como frenar el deseo, la necesidad que tengo de que seas mía, te amo, no puedo respirar sin ti – lo escucho y otra vez la llorona aparece. 

Creo que hoy llore mares, vuelvo a besarlo con más intensidad mientras él comienza a acariciarme sacándome la ropa, yo hago lo mismo con él. De a poco nos vamos dirigiendo a la habitación mientras nos vamos desvistiendo.Max me besa a más no poder, me recuesta en la cama y me besa todo el cuerpo mientras cierro los ojos disfrutando de ésto, se siente muy bien, quiero ésto. 

 Pienso en que hace mucho que no lo hago y de golpe, el placer que siento desaparece y el terror me invade junto con el rostro y el cuerpo de Alex sobre mí se hace presente. Me tenso, y quiero escapar, Max se da cuenta y comienza a decirme: 

 — Mírame Alex, abre los ojos, mírame, yo no te haré mal, yo no te haré daño, te amo, Alex, mírame, por favor — abro los ojos, lo veo acariciando mi rostro con mirada de preocupación y vuelvo a llorar:

 — Perdóname Max, no puedo, quiero ésto, con todo mi corazón te digo que también te amo, pero no puedo. Soy yo la que estoy rota Max, soy yo la que no está bien, – señalo mi sien – debes dejarme Max, mis demonios siempre volverán, por más que quiera no encuentro manera de sacarlos de mi mente. No me dejarán ser feliz contigo porque siempre estarán ahí para recordarme lo que realmente soy. 

No quiero ni voy a arrastrarte conmigo, te amo demasiado — finalizo y me dirijo al baño, me siento y lloro hasta que ya no quedan más lágrimas, inspiro con fuerza, sé que he arruinado todo, sé que lo he perdido, pero para él, es mejor así, es mejor una mujer que pueda darle todo sin líos, sin conflictos, sin un cuerpo horrible lleno de marcas y con la psiquis sana. 

 Como le dije en su momento, no hay nada que pueda darle.

Siempre SofyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora