Capítulo 19. ¿Nueva amiga?

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Capítulo 19.

¿Nueva amiga?

Alexia.

Han pasado quince días desde que conocí a Sofy. 

 Ésta semana comenzaron a ver si toleraba mi leche y los resultados fueron excelentes, ya no necesita alimentación por vena, viene evolucionando muy bien; sin embargo, todavía falta. 

 He venido todos los días a verla quedándome con ella todo lo que puedo, en especial, los días que no trabajo. 

Me he cruzado una que otra vez por los pasillos con el degenerado que se queda parado mirándome, pero sigo de largo, no pienso dirigirle la palabra porque cada vez que me habla saca lo peor de mí. 

 Gracias a una donación, han reformado una habitación individual para Sofy y es genial, ya que así, tendremos más privacidad con ella. También ha estado viniendo la voluntaria, Andrea, la verdad, es una mujer hermosa del lado que la mires, tiene algo que se me hace familiar en su rostro y todavía no sé qué es. 

Me parece bien que esté aquí para que durante el día Sofy no esté solita cuando yo no pueda venir. Es muy amable y ocurrente, tenemos muchos temas de conversación sobre nuestra adolescencia, carreras, su matrimonio y su familia, y en parte cuento de la mía, ya que no quiero llenar éste ambiente de tristeza.

 Me cuenta que tiene dos hijos, pero solo conocí a su hijo Jhonathan, un chico alto, y atractivo, un poco egocéntrico y altanero, pero también divertido cuando se suelta, y una nieta.

 A veces cuando salimos juntas me invita un café, porque dentro de la neo no podemos tomar nada, no importa las horas que estemos ahí y es como si nos liberáramos, ya que hablamos de un montón de cosas que dentro del hospital no podemos. 

 En una de las salidas al café le conté sobre el libidinoso, quien ahora sólo me mira y no me habla. A medida que doy mi relato se ríe a carcajadas haciendo que todos en el lugar nos vean, igualmente me gusta oírla reír, su risa es bastante contagiosa y terminamos las dos riendo del tipo ese.

 Me hace bien al alma estar con ésta mujer, me gustaría haber tenido esta relación igual con mi madre, quien ayer me ha llamado para pedirme dinero, le dije que le pida a Esteban, pero me dijo que salió de viaje junto con Axel hace unos días, aparentemente ganó un dinero del cual nada le dio a mi madre o ésta ya se lo gastó en el casino, y que no sabe cuando volverá, ya que ni móvil tiene por lo que es él quien la llama y da señales de vida. 

 Antes de ayer le presté algo de lo que tenía, pero hoy volvió a llamar y me negué porque apenas tengo para mí, se ofendió y me colgó. Espero que por un tiempo no vuelva a llamarme, por suerte no sabe donde vivo. 

 Estamos saliendo del hospital con Andrea mientras ella me cuenta que está triste, ya que ésta noche cenará sola porque su esposo y sus hijos están de viaje, y volverán mañana. 

 Hasta ahora sólo Gaby ha venido a mi departamento y fue cuando me ayudó a instalarme, tampoco está para invitar a nadie, no he conseguido más mobiliario o cosas en éstos días, sólo tengo algo de comida y algunas cosas de cocina, ni cama tengo, duermo en el piso, no es muy cómodo, pero por lo menos duermo. 

La verdad es que tampoco quería comer sola, por lo que avisándole de antemano lo que en mi departamento va a encontrar, la invito a cenar y ella acepta gustosa. Al llegar, le pedí disculpas por el departamento, a lo cual ella me dice que es muy bonito, que ella cuando se independizó vivía peor. 

 Me saco los zapatos, ya que amo caminar descalza, empiezo a buscar lo necesario y me pongo a cocinar dialogando con ella, comentándole como adquirí el departamento y las cosas que tengo, mientras ella pone la mesa. Durante toda la cena nos la pasamos hablando de Sofy quien a pesar de seguir en la incubadora y con lámpara cada día estaba mejor, ya nos dijeron que si continúa evolucionando así, en un mes quizás, ya tenga el alta. 

 Luego me ayudo a lavar la vajilla, nos sentamos a compartir un café mientras esperaba al Uber que pidió. Cuando éste llega, toca bocina, Andrea junta sus cosas, la acompaño hasta la puerta del edificio y antes de irse me dice:

 — Sabes, siempre quise tener una hija para poder tener éste tipo de relación, hacer éstas cosas con ella —.

 — Y yo esperé toda la vida que mi mamá me mirara, aunque sea un poquito, como me mira usted – confieso, en ese momento ella me da un fuerte y sincero abrazo, un beso en la mejilla, me acomoda un rebelde rulo que se me asoma en la frente y se va al auto con un dulce: 

 — Hasta mañana, Alex—. 

Siempre SofyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora