Capítulo 49. ¡Oh por Dios!

2K 109 0
                                    

Capítulo 49.

¡Oh por Dios!

Alexia.

— Bueno, bueno, menos mal que llegue, si no me arruinaban todo - no entiendo nada, ella mira a Max.

 — ¿Sabes que tengo casi todo listo? Sólo me faltan ustedes – me rasco la cabeza, no entiendo nada. Max me lleva de la mano hasta el baño donde estaban escondidos el vestido de novia que me había hecho probar Andrea y del que me había enamorado, unos zapatos muy hermosos que le hacían juego y otras cajas con marcas de lencería. 

Suelto un suspiro y me tapo la boca para no gritar, es mi boda, me repito una y mil veces en la cabeza, es mi boda, ¡¡Oh por Dios es mi boda!!, estoy por llorar otra vez cuando Andrea me saca de mi ensoñación.

 — Nononono, no te permito llorar, no todavía, afuera están las maquilladoras y el estilista para arreglarte, si lloras se te hincharán los ojos, así que como no hay tiempo, toma. Me da un salto de baño y la caja de lencería que al abrirla la veo muy provocadora por lo que le digo:

 — Esssteee mmmm, Andrea – intento sacarla para mostrársela sin recordar que Max está a mi lado, ella rápidamente tapa la caja mientras a empujones me mete en el baño y a Max lo echa de la habitación diciéndole:

— Tú confía en mí —.

Hago lo que me dice, para cuando salgo del baño, cinco personas me están esperando. Me arreglan el cabello, me maquillan y me ayudan a vestir. Veo todo a mi alrededor y hago un inmenso esfuerzo por no llorar, nunca imaginé que ésto podría llegar a pasarme, que algún día tendría algo como ésto para mí. 

Me dicen que estoy lista y me hacen verme de cuerpo completo en un espejo y no me reconozco, me veo y me siento bonita, es la primera vez en la vida que me pasa. Tengo el cabello suelto, pero mis rulos bien armados caen de tal manera que no tienen volumen ni frizz, estoy maquillada de manera natural y sencilla, como me gusta ser, donde sólo hicieron resaltar mis ojos y un poco mi boca. Tengo una tiara muy delicada que hace resaltar mi oscuro cabello. El vestido es largo, blanco marfil, bien ajustado a mi cuerpo de puro encaje, con un hermoso escote corazón, una cola no muy larga de la misma tela que el vestido y una abertura en la pierna izquierda que llega hasta el muslo. Los zapatos... aaaaahhh, los zapatos tipo sandalias romanas, tiene bastante taco, debe ser para no verme tan miniatura a lado de Max, pero nunca caminé en algo como ésto

 Andrea tiene un gusto exquisito.

— Créelo Alex, esa eres tú, sólo estabas escondida, pero siempre fuiste tú — me dice, se para detrás de mí y me coloca un collar de oro blanco muy delicado con un zafiro en forma de lágrima— Supuse que te quedaría, hija —.

Lo acaricio y es realmente precioso – La tradición sería que el padre de la novia sea quien te entregue, o un hombre, sin embargo, quisiera ser yo quien lo haga — a lo que asiento feliz pidiendo que ya no me hable porque el maquillaje se me irá al caño y ella sonríe.

— Bueno, dame esto – me saca el anillo que me puso Max, que ni llegue a ver, y se lo da a un asistente para que se lo lleve nuevamente a Max. 

Luego bajamos y salimos al patio trasero de la mansión donde todo estaba hermosamente acomodado y decorado, había un arco blanco, jazmines por todos lados, dos enormes carpas blancas a los lados, bancos blancos de un lado y de otro con un pasillo de alfombra en el medio. 

De un lado había gente que no conocía, calculo que invitados de la Familia Ferrari, adelante de todo había dos Jhoan, uno de los cuales sostenía a Sofy que se veía adorable con su vestidito y su vincha, con otra señora y un espacio que creo era para Andrea, del otro sólo eran cinco, los hijos de Roxana, Román, Gabriel y Yudith. 

En el altar se encontraba Máximo, quien estaba muy pero muy guapo, detrás de él su hermano Jhonathan y siguiéndolo Walter. Del que sería mi lado estaba sólo Roxana y el juez en el medio de donde estaríamos nosotros dos.

Siempre SofyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora