19. Creer en el amor

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Esta frase tan cliché de las películas de drama y romance. Yo creo que la usan mal. ¿Cómo no vas a creer en al amor? Puedes creer en algún momento que nadie te querrá o sentirá atracción hacia ti (me sucede alguna que otra vez, no demasiadas siendo sincero). Pero yo no creo que eso sea a causa del amor. El amor, el de verdad, se basa en dos personas. Es difícil creer que aparecerá esa segunda persona cuando tu autoestima es baja o has vivido varios rechazos. Pueden ser varios los motivos por los que creas que esa segunda persona no llegará, pero la primera persona, tú, siempre va a estar.

Hablemos de ese protagonista que se pasa la obra entera cargando los problemas del resto y a la sombra de los personajes secundarios. Quererte a ti mismo es lo principal, no necesario sino imperativo. Seguimos con las expresiones clichés por cierto. No puedes no quererte, es imposible. Y, de la misma forma que cuando no llegamos a llamar la atención de esa chica, o ese chico, cambiamos ciertas facetas de nosotros, cuando tampoco llamamos nuestra propia atención, porque no nos gustamos a nosotros mismos, también tenemos que cambiarnos. Esa chorrada de aceptarnos es la solución fácil. No hablo solo del físico, que también, si no de todo, todo lo que nos constituye como persona. Es evidente que tenemos que aceptarnos como somos, pero para poder cambiarnos. Para cuando estés mal, solo mírate al espejo y di "este soy yo, ahora toca cambiar todo lo que no me gusta, ¿por dónde empiezo?". Si hay que llorar pues se llora, pero esa pregunta no la podemos esconder bajo la alfombra. Es un proceso que debemos llevar a cabo para sentirnos realizados, y, entonces, cuando sintamos que somos los putos amos, solo entonces, podremos atraer y gustar, y enamorarnos de forma sana. No digo que yo haya llegado a ese punto, pero es ese el camino que he decidido recorrer, y confío plenamente en mi objetivo. Reflejar seguridad y felicidad es lo principal para que vean en nosotros la persona perfecta para pasar sus vidas, o parte de ellas.

A esta edad eso no se contempla. Parece que solo tienen derecho a amar (si es que eso se puede llamar amor) y ser amados los chicos chulos, sin ideas de futuro y sin conocimiento sobre ellos mismos (no es resentimiento os lo juro) y las chicas con un armario repleto de minifaldas y con un cerebro con mono de dramas (esto más que resentimiento es asco). Aun así, ¿cómo se puede no creer en la ilusión de estar enamorado? En querer a alguien con todas tus fuerzas y desear que todo le vaya bien, aunque no sea contigo. Es imposible no creer en eso. Sí que es cierto que podemos tener miedo al dolor que nos puedan causar, o podemos perder la fe en encontrar a alguien que nos complemente, o incluso podemos pecar de precavidos por tener miedo al rechazo, pero no podemos no creer en el amor. El barco debe zarpar desde nuestro puerto, desde tu puerto. Es posible que no llegue a donde esperamos si no que venga de vuelta, pero siguen estando las ganas del viaje. Las aventuras, los recuerdos, las mejoras. Todo eso forma parte del amor. Y yo me encuentro enamorado de la vida, de mí y de ella, así que estoy seguro de que, aunque sea unilateral, aparecerá muchas más veces ese amor que trae de la mano todo ese proceso. Por otro lado, sí quieres temerle a la decepción y al fracaso, hazlo, de esa forma podrás confirmar de una vez por todas que no lograrás el amor.

El hecho de que sea platónico no me transmite miedo, ni tristeza. Al principio cuesta llevar lo de no ser correspondido. El corazón y el cerebro no acaban de comunicarse demasiado bien, lo que me lleva a tomar decisiones que no suelen ser acertadas y que pueden acabar en un cambio brusco en el momento en el que alguno de los dos se canse de no recibir lo que quiere. Es difícil que cada uno acepte ciertos problemas que les impiden avanzar en su proyecto. El cerebro debe entender que no la va a poder hacer desaparecer, que, aunque en él se encuentren los recuerdos, no la va a poder olvidar, por muy claro que tenga que no me quiere. El corazón debe aceptar que, por más que busque por ahí fuera cada vez más juguetes que le mantengan vivo y feliz, por más que anhele ese peluche gigante, sólo recibirá lo que ella quiera que reciba. A veces el cerebro querrá eliminar ciertas imágenes y querrá pasar página pero no podrá, y llorará. A veces el corazón verá como le da lo que él quiere a otro sin que apenas lo valore mientras él lo pide de rodillas, y llorará. Pero sigue siendo bonito, una vez aceptas que tu función es aprovechar tus mejores momentos para hacerla feliz.

Cuando tu cerebro y tu corazón entiendan que esa es su función, que no deben seguir tirando cada uno de un extremo de la cuerda y que este es el punto medio, serán felices con sólo dibujar una sonrisa en su cara. El cerebro no querrá borrar esa imagen nunca, el corazón será feliz con su pequeño osito de peluche, sé que funciona. Por egocéntrico que suene, me debo de poner de ejemplo a mí mismo. Yo he cambiado, he mejorado, por amor. No correspondido, cierto, pero por amor. Intentar cuidar mi imagen, mejorar mi físico, perder mi vergüenza, avanzar. Joder que todo ha venido por lo mismo, quiera asumirlo o no. Todos los progresos que ahora hago por mí los hice, y los sigo haciendo, por amor.

Todo, por amor.

Tras una sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora