21. Traidor

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Un ser deleznable. Persona que no hace caso a sus principios, que no es capaz de mantener una promesa.

Es impresionante su capacidad para engañar y no sentirse afectado, su complejo de embalse que mantiene las mentiras a resguardo sin sentir un mínimo remordimiento. Su capacidad de hacer daño una y otra vez y no aprender de su error, porque no asume que sea un error. Este adefesio no es capaz ni poniendo todas sus ganas de cambiar a mejor porque hasta lo más profundo de su subconsciente es asqueroso y despiadado. Está hecho para hacer mal a todo el que aparece en su vida sin distinguir entre amigos, familia, compañeros. No entiende las razones ni las súplicas. Es un toro que lo ve todo rojo y que pretende clavar sus cuernos en cualquier persona que se cruce en su camino.

Lo podría comparar mejor con un tigre, que siendo una cría es tranquilo pero astuto. No esperes a que crezca, porque, cuando lo haga, te atacará sin echar la vista atrás. No le importará tener o no hambre, a la primera de cambio, si cae a su antojo, te clavará las garras en el cuello y las sacará llenas de sangre como si tal cosa. Lo hará contigo y con cualquiera que venga después.

Nadie sería capaz de hacer sufrir de forma tan discreta y continua a tanta cantidad de gente cercana a la que se supone que aprecia dando motivos para no merecer ningún mínimo de cariño. Ni el amor propio del que se retroalimenta puede merecer dicho animal. Cree que será bueno para la humanidad, para su gente, pero está totalmente confundido. Aleja a sus amigos lentamente, corroyendo todo lo que la otra persona construye en esa relación de amistad confiando en él. Se aprovecha. Saca todo lo que puede de la otra persona cual sanguijuela. Desprecia a su familia, esa que tanto lo valora y quiere. Sólo sabe hacer uso de los recursos que le ofrecen sin agradecerle porque cree que es lo correcto. A sus compañeros sólo les da problemas y frustraciones diarias que retrasan cualquier esfuerzo de socializar que hacen ellos hacia este ser.

Vive triste pero aparenta estar alegre. Es un ambicioso sin corazón que cree que todo logro merece cualquier sacrificio que no le implique a él mismo. Es tóxico, lo que se debe a que cree ser el centro del universo. Una especie de Dios que hace y deshace a placer sin atenerse a las consecuencias, ya que no son directas. Cree tener siempre la razón, incluso en el tema más ambiguo que te puedas imaginar. Razón que sí tienen todos los que se encuentran cansados de su arrogancia. Un prepotente innato que sólo sabe discutir y pelear por ser superior, por subirse a un escalón invisible que él mismo se dibuja pretendiendo saciar su ego.

Es incapaz de averiguar cómo solucionarlo, pero porque es incapaz de intentarlo. No sabría distinguir entre si disfruta haciendo todo lo que hace o solo es que está destinado a hacerlo. Programado como un virus. Con el único objetivo de destruir todo lo que esté en su mano antes de ser derrotado. Sin proyecto a seguir, solo el de esperar e, inconscientemente, actuar en lo único que sabe hacer: dañar.

Creo que ya no me queda ninguna característica de este ser despreciable que, ya sólo por el nombre que se sitúa en la portada del libro, podréis saber quién es. Sabréis quién es esa persona que no sabe tapar su peor versión cuando esta decide llamar la atención. Que, mientras encierra ciertos sentimientos con los que podría negociar para traer la estabilidad a su interior, mantiene en libertad a un monstruo que lleva en su collar las siglas de su dueño y va dejando su marca por todas las catástrofes que provoca.

Todavía pienso que no ha intentado encerrarlo, simplemente está ahí, libre, al contrario que yo. 

Tras una sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora