Capítulo 48

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Jaime

Como no, mi estupendo y planeadísimo plan fue estropeado por mis escasos dotes de esconder anillos. Pensé en que hacer, ahora la situación era bastante incómoda, y se me ocurrió llamar a Marta.

—¡Marta! Soy Jaime, de nuevo. No te puedes creer lo que me ha

pasado.

—Sé que eres Jaime, te agregué a mi teléfono. Y también sé que te ha pasado, me lo ha contado Virginia. ¡Serás! —Se empezó a

reír —. Solo puedo imaginarme tu cara cuando ella te lo dijo.

—Gracias por la empatía.

—¿Y qué vas a hacer ahora?

—No lo sé, por eso te he llamado, ¿qué piensas que debería

hacer?

—Esta noche, mientras cenáis, en un restaurante, o prepárale una cena romántica y proponle matrimonio.

—¿Crees que es una buena idea?

—Sí, le va a encantar.

—De acuerdo, muchas gracias, siento muchísimo molestarte.

Después de abrir la nevera y observar que no teníamos nada de comida, decidí bajar a hacer la compra, pero tras hacer mi lista.

¿Qué se supone que tenía que cocinar para pedirle matrimonio?

—Jaime, ¿puedes venir un momento?

Dejé el bloc de notas en la cocina y fui a ayudar a Virginia.

—No te comas la cabeza, no tienes que cocinarme una gran y romántica cena. Podemos pedir a domicilio si te apetece. El matrimonio no es tan importante. Lo importante es que nos

queremos. ¿Podríamos cenar pizza?

Me sentí aliviado, no por no tener que cocinar una cena espectacular, sino porque sabía que me iba a casar con la mujer

correcta.

—Que bien me conoces, no puedo esperar para casarme contigo.

—¿Pizza?

—Perfecto.

El Plan TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora