La Selección Real Capítulo 5

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La Capital de Lugunica.

Al abrir mis ojos, me encuentro con el delicado rostro de Emilia. Sus largas pestañas plateadas enmarcan su piel tersa y suave mientras su respiración lenta acompaña la serenidad matutina. Es una vista magnífica que nutre mis ojos al despertar.

Para mi sorpresa, Emilia ha colocado su brazo sobre mí, envolviéndome en un abrazo afectuoso mientras Beatrice permanece entre nosotros dos. Si alguien nos viera en este instante, bien podrían pensar que somos una pareja inseparable.

Sonrío ante la ocurrencia y luego de admirar por unos segundos esta situación peculiar, acaricio con delicadeza la mejilla de Emilia.

Bajo mis caricias tiernas, sus párpados se agitan y ella comienza a abrir lentamente sus ojos como si emergiera de un profundo sueño.

Mantengo mi sonrisa radiante mientras ella despierta poco a poco. En un momento determinado parece percatarse de mi presencia porque sus ojos se abren con fuerza e intensidad, buscando encontrarme allí mismo frente a ella.

Antes de que Emilia pueda pronunciar palabra alguna, pongo mi dedo índice sobre sus labios, señalando algo debajo de ella. Curiosa, Emilia dirige su mirada hacia abajo y descubre a Beatrice abrazándola con ternura.

En ese mismo instante, una lágrima escapa de los ojos de Emilia, una sola lágrima cargada de sentimientos profundos.

Emilia retira su brazo cuidadosamente de mi cuerpo y envuelve a Beatrice en un abrazo cálido. La luz comienza a intensificarse gradualmente, permitiéndome contemplar claramente esta hermosa imagen bañada por la plenitud del día.

—Parecen hermanas —comento emocionado—. Estabas hablando mientras dormías y Beatrice decidió acercarse para calmarte.

Una sonrisa ilumina el rostro de Emilia al comprender los motivos detrás del gesto amoroso de Beatrice. Ella acaricia con dulzura la cabeza de Beatrice, quien empieza a despertar bajo esas caricias afectuosas.

Beatrice levanta su cabeza para encontrarse con la mirada radiante de Emilia. Esta última sonríe con cariño y felicidad genuina al verla despierta.

—Buenos días —saluda Emilia en voz baja pero llena de calidez.

Al percatarse del estado consciente en el que se encuentra ahora Emilia, Beatrice se ruboriza levemente y libera su agarre antes volverse hacia mí dándole la espalda.

—Buenos días... supongo —responde tímidamente entre murmullos apenas audibles.

Supongo que de alguna manera han estrechado lazos y se han vuelto más cercanas. Espero en el futuro que Beatrice se abra aún más hacia Emilia, para que ambas puedan compartir una conexión más profunda.

—Buenos días a ambas. Veo que han descansado bien —comento mientras asentimos y salimos de la cama.

Yo me estiro ligeramente para despertarme por completo, mientras observo cómo Emilia permanece absorta en sus pensamientos, probablemente todavía somnolienta.

De repente, Emilia dirige su mirada hacia Beatrice y toma sus manos sorprendiéndola con esta inesperada propuesta.

—¡Tomemos un baño juntas! —exclama Emilia emocionada ante la desconcertante expresión de Beatrice.

—¿Qué...? —balbucea Beatrice sin poder articular respuesta alguna ante el arrebato entusiasta de Emilia. Los ojos de esta última brillan como estrellas fugaces, mientras Beatrice queda envuelta en la iniciativa impulsiva e irresistible de Emilia.

Beatrice me mira con cierta incredulidad, pero yo simplemente encojo los hombros resignado. No hay nada que pueda hacer para detener la determinación de Emilia.

Re:zero SC| Empezando la Vida como un Ingeniero desde CeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora