Lo Que No Tiene Nombre Capítulo 8

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Lo que Ocultan los Corazones.

Nos acomodamos en el césped, nuestras miradas perdidas en el firmamento, mientras coloco la caja y la botella a un lado.

—¿Qué es eso? —indaga Crusch, claramente intrigada por el contenido de la caja.

A través de la magia, el proceso de curación de las hojas de tabaco es sumamente sencillo. Le expliqué a Rem los pasos necesarios y, con su destreza innata en la artesanía, logró completarlo a la perfección desde el primer intento.

—Es un cigarro —extraigo uno de la caja y se lo ofrezco.

Aunque sé que el sabor no será precisamente agradable ya que, un cigarro es, después de todo, un cigarro.

Pero para este momento, es exactamente lo que necesito.

—Se trata de una hoja que ayuda a relajarse, su sabor no es el más agradable, pero contribuye a apaciguar el corazón.

La forma es similar a la de un cigarrillo convencional, solo que está rodeado por las hojas compactadas; opté por no hacer un puro, ya que sería una cantidad mayor de tabaco, algo con lo que prefiero no lidiar.

Dentro de la caja reposan varios cigarros, alrededor veinte, pero planeo abordarlos con moderación. Su mirada curiosa parece querer conocer sobre lo que le digo.

—Primero debes encenderlo —desde mi pulgar genero una pequeña llama, coloco el cigarro en mi boca y lo enciendo, permitiendo que el humo penetre en mi cuerpo.

Poco a poco, una sensación de calidez empieza a extenderse por mis pulmones, contrarrestando el frío que siento.

Inmediatamente, una pequeña sensación de calma se apodera de mí; en realidad, no es tanto la nicotina lo que me tranquiliza, sino el efecto de llenar mis pulmones con el aire caliente.

Aunque, por supuesto, el efecto de la nicotina se hará notar después.

Expulso el humo de mi boca, observando cómo se dispersa en el aire hasta desvanecerse por completo.

—¿Te gustaría intentarlo? —dirijo mi mirada hacia Crusch, quien examina el cigarro con cautela.

Ella asiente, brindándome la oportunidad de instruirla con minuciosidad en el proceso.

—Dado que no estás habituada a esto, es probable que tosas la primera vez; no te preocupes, es completamente normal.

Los pulmones están reaccionando al aire perjudicial.

Es como si reconocieran un intruso en su interior.

Pediré a Beatrice que emplee su magia de sanación, aunque no estoy seguro de si podrá aliviar los efectos a este nivel. Después de todo, daño es daño.

Una vez encendido el cigarro, Crusch queda inmóvil durante unos segundos mientras el humo comienza a escapar por la parte superior. Cuando el extremo se ilumina y parece que está listo, Crusch comienza a toser.

—¡Cof, cof! —Tose durante unos instantes antes de mirar nuevamente el cigarro—. Sabe realmente mal.

A mi juicio, es preferible; el sabor reemplaza el deseo de hacerse daño, infligiéndote una molestia que distrae sin causar un sufrimiento excesivo.

—Bueno, inténtalo de nuevo.

En esta ocasión, Crusch lo logra, exhalando una pequeña nube de humo.

Me dejo caer al suelo y me quedo mirando las estrellas. La constelación de Puck, un mágico enjambre de estrellas adorna el oscuro lienzo del firmamento como delicados destellos de esperanza. He tenido que soportar mucho, me duele el pecho, me duele el corazón, me duele el alma.

Re:zero SC| Empezando la Vida como un Ingeniero desde CeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora