La Selección Real Capítulo 7

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De lo que Estoy Hecho

El murmullo se esparce entre la multitud, sin embargo, hay dos personas cuyos testimonios podrían confirmar mis palabras.

—Está diciendo la verdad —afirman al unísono Reinhard y Crusch.

El asombro se apodera de todos, incluso Julius me mira con sorpresa. Los sabios exigen explicaciones, ansiosos por conocer el alcance de mi conocimiento sobre la situación.

Es hora de soltar una revelación.

—Como bien saben, las noticias sobre los miembros del culto ya se habían extendido. El día del ataque, fuimos advertidos por una persona, pero sin tiempo suficiente, decenas de cultistas lanzaron sus ataques.

Bajo mi cabeza con pesar.

—Masacraron a todos los pueblos en su camino, pero gracias a mi gente logramos plantar cara y aniquilar a todos los cultistas —sonrío con determinación mientras me pongo en pie—. La candidata al trono, Emilia, y yo personalmente luchamos contra el arzobispo. Gracias a que este tenía un medio para evitar la muerte, tuvimos que emplear un método diferente.

Justo cuando estoy a punto de continuar, uno de los sabios me interrumpe.

—Dices que fueron pueblerinos contra cientos de cultistas, personas sin experiencia en caballería y que tú mismo nunca practicaste esgrima.

Asiento con sinceridad.

—Es cierto. Hace apenas unos meses comencé a practicar la magia.

Crusch me mira con asombro, percibiendo que mis palabras son veraces.

—Si desean comprobarlo, pueden ir a Irlam. A pesar de haber pasado tres días desde el ataque, aún conservamos todas las armas y túnicas de los cultistas como prueba de nuestros actos. Además, si desean ver los cuerpos, también puedo mostrarlos.

Uno de los sabios se levanta con aire molesto, mientras los caballeros me observan con rabia contenida. La tensión en la sala es palpable.

—Construimos nuestro propio ejército, en apenas un mes y poco más desde su creación, fuimos capaces de acabar con un arzobispo y cientos de miembros del culto. Una hazaña que ni el imperio había logrado, pero nosotros, simples pueblerinos, lo conseguimos. —mis palabras resuenan en el silencio, y el asombro se apodera de todos.

Crusch y Reinhard asienten, apoyando mis afirmaciones, lo que aumenta la incredulidad en los presentes.

—Además, estamos investigando los motivos detrás del ataque, buscando fugas de información u otras posibilidades. Cuando tengamos pruebas, cumpliré mi deber como ciudadano de Lugunica y las presentaré ante el mundo. —con estas palabras, sus rostros se desvanecen, saben que he sembrado la semilla de la inquietud entre los altos mandos.

Mi bomba ha sido plantada, y ahora ellos también saben lo que se oculta tras el ataque.

Si fuera necesario, incluso haría un contrato de alma para respaldar mis palabras.

—Seguiremos creciendo y avanzando, si alguien muestra interés en Irlam, en la máquina a vapor o en cualquier proyecto que tengamos, no dude en contactarnos. En Irlam, seguimos la palabra de la candidata Emilia, a quien profeso un profundo respeto desde el alma.

—Está diciendo la verdad, cada palabra que dijo es absolutamente cierta —añade Crusch, cuya integridad es incuestionable.

—Lo que Marco ha dicho es cierto en su totalidad —concluye Reinhard, quien es conocido por su sinceridad y honor.

La razón por la que Crusch no podría mentir es evidente por la existencia misma de Reinhard, y sé que él no se prestaría a engaños por beneficios personales. Así que, por fortuna, me ahorro tener que recurrir a un contrato de alma.

Re:zero SC| Empezando la Vida como un Ingeniero desde CeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora