***
Una Muestra de Amistad.
Las lágrimas ya no brotan de mis ojos, el aliento apenas sale de mi boca agotada. Mi mano tiembla al sostener el vaso de agua, mientras mis ojos se posan en el caos de papeles frente a mí, un reflejo de mi propio naufragio interior.
No hay luz en mi mente, ningún plan que pueda concebir para enfrentar esta prueba atroz. La decisión está tomada, sí, pero no hay consuelo en ello.
Me hundo en la cama, resignada a permanecer aquí hasta que la sombra de Marco se desvanezca de este mundo. Apretando mis manos con fuerza, forjo una sonrisa frágil en mi rostro.
—¡Sí! —susurro con determinación, intentando convencerme de que todo estará bien. Limpio mis ojos húmedos con el dorso de mis manos, anhelando borrar la tristeza que los embarga.
Giro mi cabeza para ver el espejo en la pared. El reflejo me devuelve una imagen que apenas reconozco: una sonrisa genuina, pero cargada de pesar.
Es irónico pensar que esta nueva versión de mí misma, esta que se ha dejado arrastrar por la desesperación, es la que ahora habita en mi ser.
Aunque sé que mis amigos humanos ya no estarán, me aferró a la esperanza de que quizás, de vez en cuando, puedan visitarme en esta cárcel de dolor.
Me despojo de las prendas militares, sintiendo que también dejo atrás una parte de quien solía ser.
—jajaja...
Una risa amarga escapa de mis labios al ver mi vestido antiguo, reparado por las manos de Rem.
—El destino tiene un sentido del humor peculiar —murmuro mientras me deslizo en la tela familiar, ocultando mi presencia bajo la capucha que me ha acompañado en tantas travesías.
Decido reunir fuerzas, canalizando el maná para invocar a Puck, sabiendo que en algún rincón del mundo él aún aguarda.
Mis ojos se encuentran nuevamente con los del reflejo en el espejo, pero esta vez no buscan la imagen de quien fui, sino el reflejo de la determinación que arde en mi interior.
El tiempo deja de tener relevancia en este momento; todo lo que importa es recuperar la esencia perdida, perseguir a esa antigua yo que yace sepultada bajo capas de desesperanza.
—Ya no tengo más aliento que exhalar —susurro con voz entrecortada, tratando de convencerme a mí misma de que he tomado la decisión correcta.
Entonces, veo en el espejo, mi yo interior. Una ilusión de lo que quería ver. Aquella yo que enfrentó sus miedos, que pudo salir adelante a pesar de todo el dolor. Su traje militar, su mirada fija en mis ojos.
—Entonces, ¿te quedarás aquí hasta que Marco muera? —una voz interna cuestiona, sembrando dudas en mi mente ya agotada. El reflejo de mi interior, la yo que lucha por salir adelante, la que cree que soy fuerte.
Yo la miro a los ojos, intentando mostrarle mi determinación.
—Sí, así es. No hay otro camino —respondo con determinación, tratando de infundirme valor.
Su mirada de desaprobación me destruye. Se que quizás me estoy volviendo loca al estar hablando conmigo misma. Pero, si quiero llegar a un acuerdo tendré que enfrentarme a mí misma.
—¿Y qué hay de tus amigos? ¿Acaso no significa nada para ti seguir a su lado? —su voz es clara y directa.
Miro a otro lado, llegando a una conclusión.
—Ellos... Ellos ya no estarán. No después de esto —murmuro, luchando contra las lágrimas que amenazan con emerger de nuevo.
La batalla interna es feroz, pero finalmente logro imponer mi voluntad sobre mis dudas. Me levanto con determinación, dispuesta a enfrentar lo que sea necesario para recuperar lo que he perdido.
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Re:zero SC| Empezando la Vida como un Ingeniero desde Cero
FanficCapitulos separados de "Re:zero| Empezando la Vida como un Ingeniero desde Cero" Para una mejor lectura a quien deseé capitulos breves y emocionantes. Marco Luz es un ingeniero graduado de una academia militar. Una tarde tranquila trabajando en su t...