La Capital Capítulo 1

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Las Verdades de las Mentiras.

A pesar de tener más de cuatrocientos años, Beatrice ha estado comportándose como una niña desde que comenzó esta nueva etapa en nuestra vida juntos. Y aunque pueda parecer extraño para alguien tan antiguo actuar así, encuentro gratificante verla siendo ella misma y haciendo lo que le complace.

¿Quién soy yo para impedirlo?

Emilia hace un mohín mientras observa a Beatrice. Luego, se agacha y toma suavemente una de las mejillas de Beatrice entre sus dedos.

—No seas egoísta, eso no está bien —le dice Emilia en tono regañón— No te comportes como una niña malcriada.

Beatrice ignora los intentos de reprimenda de Emilia, así que me toca actuar a mí. La siento en mis piernas y la miro directamente a los ojos.

—Betty debe ser una buena niña —le digo con voz suave pero firme— Me sentiría muy decepcionado si mi princesa fuera tan egoísta.

Mis palabras parecen resonar en el interior de Beatrice mientras ella considera lo que le he dicho. A medida que nuestras miradas se encuentran, puedo ver cómo reflexiona sobre sus acciones y emociones. Es importante para mí guiarla hacia un camino más compasivo y generoso.

La dulzura del momento nos envuelve mientras continuamos nuestro viaje hacia la mansión de Roswaal en Lugunica. Las complicidades entre nosotros crecen cada día más fuertes, formando un vínculo profundo e indestructible.

Los ojos de Beatrice se abren en sorpresa, y su mirada se llena de tristeza mientras baja la cabeza. En un tono suave y apesadumbrado, ella argumenta:

—Marco es el caballero de Betty de hecho... A Betty le da miedo que se aleje de ella supongo.

Sus palabras me hacen comprender que Beatrice aun teme perderme, siente el peso de la inseguridad en su corazón. Y aunque ahora sea cierto que soy una parte importante de su vida, no puedo prever qué nos depara el destino.

Ante de poder responderle a Beatrice, Emilia interviene con dulzura.

—Marco nunca se alejará de ti por estar cerca de otras personas —dice Emilia asegurándole con ternura— Él te quiere muuuchísimo.

Beatrice asiente con una expresión desanimada, como si hubiera imaginado futuros donde quedaba abandonada y sola. La veo aferrarse a mí cada vez más, lo cual me preocupa profundamente.

No quiero generar dependencia malsana en ella; deseo que tenga oportunidad de conocer a otras personas y disfrutar plenamente del mundo que le rodea.

No digo esto porque no quiera ser amado por ella; simplemente anhelo que ese amor sea saludable y equilibrado.

Algún día partiré al encuentro final con la muerte, dejando atrás este mundo. Sin embargo, me reconfortaría saber que Emilia continuará acompañando a Beatrice durante mucho tiempo más.

Este pensamiento refuerza aún más mi convicción: una relación romántica entre Emilia y yo sería cruel e injusta para ella.

Yo moriré como un simple mortal mientras ella seguirá viviendo como una elegante elfa. Aunque eso no signifique que su vida terminará, estoy seguro de que encontrará a alguien más en el futuro.

Es la naturaleza de la vida, después de todo

Pero, aun así, no puedo evitar pensar en lo injusto que es para Beatrice.

Beatrice asiente con gracia y sus ojos se posan en Emilia, cuya apariencia parece haber mejorado. Pero es en el tono suave y tierno de Beatrice donde encuentro la verdadera esencia de su alma.

Re:zero SC| Empezando la Vida como un Ingeniero desde CeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora