Las Sombras del Destino: Capítulo 16

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Caminos Entrelazados.

Crusch me fija la mirada, como si comprendiera lo que estoy a punto de pedirle: que vigile a Ram.

Anticipándose, Luan toma mis manos con determinación.

—Yo también me uniré. —Sus ojos me desafían, su decisión resuena en lo más profundo de mi ser.

Luan muestra determinación. Su potencial es enorme, pero hasta que no lo controle por completo, será peligrosa. Necesita aprender a dominar sus emociones y utilizarlas en su propio beneficio.

Mis amigos solo necesitan un pequeño impulso.

«Yo, Otto Suwen, estoy dispuesto a sacarlos de donde sea.» Aunque el miedo me embargue, nada me detendrá. No después de todo lo que hemos pasado.

No habrá lugar para el arrepentimiento. Seré la fuerza que necesitan en este momento crucial.

Les sonrío a ambas. Crusch también muestra determinación. Sé que me oculta algo, pero no necesito indagar; ella tendrá sus motivos. No me duele, pero me preocupa que sea algo peligroso.

Nunca imaginé tener tantos amigos, personas que se preocupan y luchan por salir adelante.

Siento un apretón en el pecho por un instante.

A pesar de todo, es gratificante esforzarse por los demás.

—Entonces, vamos juntos.

Ambas sonríen ligeramente, listas para lo que sea.

—¡Por supuesto!

Debido a las heridas de Roswaal, él no ha abandonado su cama. Si hay un lugar al que debemos ir, es allí.

Antes de entrar en la cabaña, mis ojos se posan en ella. El resplandor del sol acaricia su cabello rosa, y su traje de sirvienta, una imagen familiar. Me recuerda cuando Rem se vistió así para hacer una broma.

Aunque nunca he cruzado palabras con ella, sé que existe una conexión entre Marco y ella.

Las historias de Marco sobre su personalidad me han llegado, asi como las historias contrarias de Rem, pero nunca imaginé que compartieran la misma manía.

—Está fumando —digo al notar el cigarrillo en su mano. Es un gesto asociado con los militares y se trata con cuidado extremo. Marco me ha advertido sobre los peligros para la salud, pero nunca imaginé que Ram también se sumara a este hábito.

Tal vez, para un demihumano, los efectos sean distintos.

Observo las prendas tendidas balancearse suavemente mientras su semblante muestra una apatía constante. A medida que me acerco, su mirada se encuentra con la mía. La expresión apática da paso a la molestia, como si mi presencia fuese lo más desagradable de hoy.

Aunque esta no es una situación de interrogatorio, sé que la información que obtenga será crucial.

—Un grupo molesto ha llegado, déjenme en paz —dice Ram, dándome la espalda en un intento de retirarse. Sin embargo, rápidamente intento detenerla, y su mano se enlaza con la mía.

Su mirada penetrante me estremece, pero me mantengo firme.

—Permíteme hablar contigo —le pido, sosteniéndole la mirada con determinación. Ram, al notar mi firmeza, hace un gesto de desaprobación con la lengua y libera mi mano, para luego dirigirnos una mirada de molestia a los tres.

—¿Qué es lo que quieren? —pregunta, y aunque su expresión es de irritación, percibo una pizca de tristeza en sus ojos.

Siempre he creído en el poder del lenguaje universal, aquel que va más allá de las palabras. Los ojos nunca mienten; pueden ocultar, pero nunca engañan.

Re:zero SC| Empezando la Vida como un Ingeniero desde CeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora