El Final del Monstruo
Creo que por fin comprendo el propósito de Marco. No lo había percibido antes, pero ahora veo que es similar a lo que ocurrió con padre Guise. Ese miasma que lo envuelve está actuando, retorciendo su mente para satisfacer su deseo más profundo.
O quizás sea más que un deseo, tal vez sea su pensamiento más arraigado, su anhelo más profundo.
Las lágrimas brotan sin control al recordar al padre Guise, y la angustia me abruma al comprender que él, a pesar de todos sus horrores, provocaba en mí una profunda compasión.
«¿Sería capaz de enfrentarme a una situación similar?»
«¿Sería capaz de matar a alguien por mi propia cuenta?»
La verdad duele, pero ya lo hice. Me enfrenté a esos pobres demihumanos, y los maté.
Marco y el hombre que recién había torturado se adentran en la ciudad, sus movimientos son fluidos, casi premeditados. Con tapabocas ocultan sus rostros, como si quisieran esconder algo más que su identidad.
Se dirigen a una bodega, y la atmósfera de las calles me embriaga, pero no de una manera placentera, sino más bien inquietante.
Las calles, marcadas por el paso del tiempo, parecen desatar en mi sentimientos confusos, me hacen pensar en si Irlam podría verse así algún día.
Aquel hombre parece nervioso, pero no tanto por Marco. Mira a todas partes, como si ocultase algo. La bodega, imponente y desgastada por el olvido, se alza por lo alto, recordándome la bodega militar en Irlam.
Sus paredes resquebrajadas y su techo agrietado son testigos mudos de incontables historias de desesperación y desengaño que han ocurrido en ese lugar.
Entonces el hombre le insta a entrar. Marco no dice nada y simplemente avanza, sin miedo a lo que puede suceder.
En el interior, la escena es aún más desoladora. La oscuridad se cierne sobre cada rincón, revelando apenas contornos borrosos y sombras inquietantes. La niña, atada a una silla en el centro de la habitación, es el único punto de luz en medio de tanta oscuridad. Sus ojos, llenos de miedo y confusión, buscan desesperadamente una salida a su tormento.
La tensión se palpa en el aire cuando el traidor entra en escena. Sus gestos delatan su nerviosismo, pero no tanto por Marco como por algo que oculta. Mis ojos escudriñan el lugar, y la visión de la niña atada en la silla me hiela el alma.
Marco parece reconocerla al instante, aunque no pronuncia palabra alguna.
Con determinación, decide enfrentar al traidor por su cuenta. Una sonrisa se dibuja en su rostro, como si ya conociera el desenlace inevitable. Agarra su pistola y, sin titubear, dispara al traidor.
¡Bang!
El estruendo del disparo parece despertar a un enjambre de hombres que emergen de los rincones más oscuros. Se acercan lentamente a Marco, mientras él los observa con una calma desconcertante.
—¡Manos arriba! —gritan, apuntándole con rifles y saliendo de sus escondites.
Marco solo mira como si nada le sorprendiera, los hombres se acercan a Marco. Todos con trajes militares, y armas como las que vi antes. Sus movimientos son coordinados, pero parecen temer a Marco.
Mi corazón late con fuerza, y una sensación de impotencia me invade al darme cuenta de que utilizaron a esa niña como cebo.
Quiero intervenir, quiero salvarlos a todos, pero no puedo intervenir en el pasado.
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Re:zero SC| Empezando la Vida como un Ingeniero desde Cero
FanfictionCapitulos separados de "Re:zero| Empezando la Vida como un Ingeniero desde Cero" Para una mejor lectura a quien deseé capitulos breves y emocionantes. Marco Luz es un ingeniero graduado de una academia militar. Una tarde tranquila trabajando en su t...