Una Pequeña Sorpresa Capítulo 2

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Sin Miedo, Hacía Adelante.

Beatrice sujeta mi mano y, a lo lejos, observo cómo Alsten está ocupado dirigiendo a los soldados de artillería en la tarea de bajar los cañones.

La escena es una muestra de organización y eficiencia, con el equipo de Crusch trabajando coordinadamente para desplegar las piezas de los cañones mágicos. Estos cañones tienen un aspecto peculiar, que combina elementos medievales con toques modernos, destacando por sus detalles luminosos en rojo y su apariencia que roza lo futurista.

En contraste, mis cañones son de mayor tamaño y quizás no tan elegantes como los cañones mágicos de Crusch, pero nuestros cañones militares no se quedan atrás. Quizás carecen de ciertos detalles estéticos, pero lo más importante es su potencia explosiva.

Mientras nos acercamos a Alsten, él realiza un saludo militar con una expresión seria.

—¡Mi general! El transporte ha sido un éxito, cinco cañones y la versión especial están listos para su uso.

Mis ojos se posan en los tres dragones que acompañan los carruajes. Son imponentes criaturas de cuatro patas, adaptadas para cargar con grandes cargas. Los carruajes, completamente modificados con ruedas y bases metálicas para soportar el peso, evidencian que el proceso fue laborioso. Los soldados se adelantaron mucho antes que nosotros, saliendo a altas horas de la mañana, pero está claro que todo ha funcionado de manera eficiente y efectiva.

—Esos carruajes... —Wilhelm dirige su mirada hacia los carruajes con cierta sorpresa, y después de unos momentos de análisis, añade—: tres dragones es la elección adecuada.

—La madera no aguantaría el peso —continúo explicándole—, por eso fue necesario desmontarlos en su caso. Pero lamentablemente, no podemos hacerlo con tanta facilidad en estos momentos.

Desmontar los cañones los volvería prácticamente inutilizables durante un tiempo, lo que hace que el mantenimiento sea excepcionalmente complicado. La mejor solución fue la que tomamos, adaptando los carruajes con estructuras metálicas y añadiendo más dragones para distribuir la carga. Por ahora, es lo más práctico.

Quizás en el futuro, con avances como la máquina a vapor más compacta y ligera, podremos replantearlo.

El tiempo avanza y procedemos a montar todo en posición. Los cañones mágicos son estratégicamente ubicados para evitar cualquier interferencia con los cañones convencionales.

Ahora todo está listo, solo nos queda aguardar.

Los sanadores han establecido su campamento, y veo a Emilia junto a Beatrice y Félix. Crusch y yo nos encontramos en nuestros respectivos dragones, preparados y expectantes.

La tensión es palpable mientras aguardamos.

Dirijo mi mirada hacia Crusch, y en silencio me sumerjo en mis pensamientos. No sé si la confrontación ocurrirá hoy, ni qué desenlace tendrá. Pero hay cosas que no se pueden evitar y que, sin importar lo que deseemos, deben acontecer.

Los caballeros están formados detrás de nosotros, manteniendo la distancia adecuada. Todos estamos erguidos, listos para la acción.

La ballena es un enemigo formidable, y el plan que tenemos es arriesgado.

La introducción de la pólvora ha sido un elemento valioso, pero si no fuera por la combinación con los cristales lamicta de fuego, su utilidad sería limitada.

En este mundo, existen individuos capaces de superar la velocidad del sonido.

Monstruos como la ballena pueden resistir explosiones de proporciones gigantescas. Aunque el árbol gigante logró abatir a la ballena, esta no es necesariamente la única forma de eliminarla.

Re:zero SC| Empezando la Vida como un Ingeniero desde CeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora