Las Sombras del Destino: Capítulo 11

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Caos

—JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA... ¡JA!

Marco sigue riendo, y rápidamente la pantalla pasa a otro plano.

Marco se halla solo en el laboratorio, ansioso por encontrarse con el profesor.

Enciende la máquina, observando con satisfacción su perfecto funcionamiento. Los engranajes metálicos resuenan en el ambiente helado, creando una cacofonía que lo sumerge en la desesperación.

Acercándose, Marco posa su mano sobre el metal, sintiendo cómo el frío inicial se transforma en un leve calor. La máquina se convierte en una extensión de sus pensamientos y habilidades.

El profesor llega acompañado de un guardaespaldas, y una sonrisa se dibuja en el rostro de Marco al verlos. El profesor, al notar esa expresión, se confía. Se acercan, y Marco comienza a explicarle brevemente partes del funcionamiento de la máquina.

—Si deseas crear una explosión capaz de arrasar una ciudad, no es necesario hacer estallar el cristal.

Las palabras de Marco sorprenden al profesor. Marco se pone a escribir algo y la máquina comienza a calentarse, alcanzando temperaturas que hacen arder la piel de Marco.

El profesor, atemorizado, apunta con una pistola hacia él.

—¡Apágalo!

Marco, conteniendo su dolor, muestra una sonrisa.

—Esta máquina puede generar un campo magnético tan potente que podría devastar toda una ciudad sin mucho esfuerzo. —Marco apaga la máquina, y el profesor empieza a jadear de dolor—. Pero la clave es que no puede funcionar como proyectil; debe ser instalada.

«Tiene que creerlo, después de todo, no es algo imposible.»

El guardaespaldas se acerca al profesor, quien lo toma del hombro.

—¡Detente! —John aparece, apuntando con su pistola detrás del guardaespaldas. María y el resto se suman, apuntando con determinación.

Marco sonríe, sacando de un cajón una soga y cinta.

—Bien, supongo que se quedarán atrapados un tiempo.

Sin embargo, en ese momento, Marco escucha unas palabras que jamás pensó oír.

—Debemos matarlos ahora. —Uno de los compañeros de Marco se acerca, pero Marco lo detiene con una mirada intensa.

La seriedad en los ojos de Marco revela su determinación. La forma en que Marco se enfrenta incluso al mal, sin distinción entre buenos y malos, muestra que su mayor debilidad es también su mayor virtud.

«¿Es Marco débil?» La pregunta se cierne en el aire, y una respuesta decidida se manifiesta en sus acciones.

—No lo haremos —ordena Marco decidido, mirando a todos con severidad. Marco usa sus manos para cortar la circulación de las venas de ambos, el profesor y el guardia. Ambos caen al suelo, completamente desmayados.

«No puedo permitirme matar a alguien.»

—Debemos dejarlo vivir, solo así ganaremos tiempo. —Marco sostiene la mirada de su compañero con firmeza, haciendo que retroceda—. Le revelé lo que puede hacer la máquina. Si lo eliminamos, el gobierno buscará aniquilarnos a todos. Si nos vamos, tendremos una posibilidad.

«Mentiras.»

«Mentiras que no benefician a nadie.»

El miedo se refleja en los rostros de los demás, pero él mantiene su sonrisa, tratando de calmar el tenso momento. Observándolos a todos, se da cuenta de que sus esfuerzos son en vano.

Re:zero SC| Empezando la Vida como un Ingeniero desde CeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora