Un Final y un Inicio Capítulo 3

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La Dulce Realidad.

Una profunda sensación de tranquilidad inunda mi mente. El increíble dolor y la desesperación han abandonado mi cuerpo en este instante.

Incapaz de reunir fuerzas, mis pies ceden y caigo al suelo, mi vista sigue nublada. Lentamente, aquel frío es reemplazado por una agradable sensación de calor. De pies a cabeza, mis nervios comienzan a activarse, haciéndome sentir el flujo sanguíneo en mi cuerpo.

—¡Marco!

La voz de una mujer suena, aunque a pesar de escucharla, se percibe distante. Aún no soy capaz de ver.

—¡Marco!

Entonces, una sensación externa toca mi cuerpo. Mis ojos lentamente empiezan a recibir los rayos de luz. Mi vista regresa y frente a mí, veo a una chica de cabello plateado y ojos amatista.

Su expresión preocupada la hace ver encantadora.

—Tú... —susurro hacia la chica, aún con la mirada perdida.

En ese instante, sentado en el suelo, con mis manos en el suelo, varios recuerdos empiezan a invadir mi cabeza. Como un tren, ingresan a mi mente sin siquiera pedir permiso.

El recuerdo de estar luchando contra los ladrones viene acompañado de todo el dolor de la pelea. Mi cuerpo reacciona instintivamente y mis manos se aferran al suelo.

"¡Mar...Co!

El olor a sangre invade mi nariz. El sentimiento de adrenalina comprime mis músculos. Los recuerdos atraviesan mi mente y se graban con fuerza.

—¡Agh! —grito por un instante. Mi cuerpo, como si despertase de un sueño, me devuelve a la realidad.

El aire fresco mueve mi cabello, y el rostro preocupado de Emilia se ve claro y fuerte.

Mi cuerpo tiembla por lo sucedido, pero ahora se siente como un déjà vu.

Tomo la mano de Emilia para levantarme, tratando de digerir lo que está ocurriendo mientras ella sigue preguntando si estoy bien.

Entonces siento que algo golpea mi mejilla.

—¡Marco! —Puck me da un golpe con su cola. Tanto él como Emilia muestran extrañeza por la situación. Al verlos, no me queda más remedio que tomar un gran trago de aire.

—Lo siento, de un momento a otro me quedé en blanco. —Miro mi pecho, buscando confirmar lo sucedido.

La emoción de haber vivido algo, de sufrir tal dolor, esa sensación que te dice que dudes de esta realidad. Puedo recordar el dolor, puedo recordar la desesperación. Puedo recordar el sacrificio de ellos.

Mi segunda vida se acabó en un abrir y cerrar de ojos. Ahora tengo que abrazar la tercera.

—¿Estás bien? —Emilia toma mis manos para intentar comprobar si hay algo en mi cuerpo. Su rostro cambia, preocupada, y su cabello ondea mientras expulsa magia de sanación en mí.

El brillo de esta hace que su rostro, ya hermoso, tenga un aura angelical. Su cutis es fino y no muestra ningún poro a simple vista.

Si me pusieran al lado de una supermodelo, ella se consideraría fea en comparación con Emilia.

—Si... —muevo mi mano hasta mi pecho—. Solo fue algo momentáneo.

Entonces eso lo confirma, tengo el poder de volver de la muerte y estoy en el mundo de esa novela.

No sé cómo ni por qué, ni siquiera sé si el hecho de que una novela se vuelva realidad significa que esta realidad también sea una novela.

Pero el dolor es real, la desesperación es real.

Re:zero SC| Empezando la Vida como un Ingeniero desde CeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora