George no lo podía creer, era ella, estaba allí y le estaba tocando la mejilla, acariciándosela, quejumbrosa, adolorida, vaya no podría creérselo aún a pesar de las circunstancias era especial para ella, se sentía amado como nunca pensó que lo hiciera alguien más, para él.
- George... mi querido George... Albert... ¿dónde está Albert? - pregunta la rubia adolorida.
- ¡Está seguro señora Candice, en realidad que lo está! ¡Te llevaremos con él, ya lo verás...! - aseguró el castaño a punto de las lágrimas.
- No, no... George... ¿por qué lloras? ¿Tan mal me veo? - hizo una pregunta extraña.
- ¿Por qué no mi señora? ¿No quieres estar con tu esposo? Se ve tan linda, ¿quién dice que estoy llorando? - respondió con cuestionamientos.
- No llores querido George, con un baño y se me quita lo fea... no debo verlo, debes llevarme a Holyroodhouse - confesó la rubia.
- ¿Hasta allá? Usted así o del otro modo siempre será bonita... - respondió el castaño.
- Gracias... espero que ésta borrosa visión de tu rostro se me quite... - refiere la rubia llamando la atención de todos los presentes.
- ¿Borroso me ves? - cuestiona George preocupado y el médico los revisa con luz de la vela que le acerca.
- Sí, el Conde Lemarque me dio algo a tomar... - explica Candice, aletargada.
- ¿En serio? ¿A qué sabía? - cuestiona el médico.
- Amargo como a flores marchitas - responde Candice sin entender.
- Bien, eso es bueno, que sepas lo que te sucedió, vamos señora díganos algo más que recuerde - pidió George.
- Albert... lo perdí de vista y el duque me pegó o me caí no recuerdo, me duele la espalda... - se queja al ladearse.
- Bien, ahorita lo vemos, Dr. Spencer - George lo llama y al alejarse Candice lo detiene.
- No... - Candice lo llama.
- ¿Le duele algo? - el castaño se preocupa que por algo lo hace.
- No... no quiero que te vayas George - le pide con dolor.
- El médico la revisará... - le dijo George preocupado.
- No te vayas George... tú eres lo más cercano que tengo a Albert - le pidió llorando.
- Si la señora no quiere que se vaya, no importa, puede quedarse, platique con ella mientras lo pueda hacer - le dijo el señor Spencer. Señora Elroy, ¿puede conseguirme zanahoria triturada? - cuestionó el médico.
- Por supuesto, pediré con la señora Katherine o mandaré a pedir a la mansión - resolvió la señora Elroy.
- No señora Elroy, debemos de conseguirla lo más cerca antes de irnos - responde el médico levantándose.
- ¿A dónde nos vamos? - preguntó la matrona.
- De regreso a su casa y yo al pueblo, obviamente - respondió el galeno.
- ¡No puedo irme a casa! - espetó ella enojada y retirándose un poco.
- Claro que nos vamos a ir, aquí sólo se deben de quedar Katherine y Mark, volveremos mañana - le explica el Dr. Spencer.
- ¡No me apartaré de Candice! - exclama enojada.
- Entonces quiere que vengan los que sean que andan atrás de ella y la busquen y se la lleven, ¿eso quiere? - el médico decidió contarle parte de lo que sucedería si ellos se quedaran.
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Pasión Africana
AventuraESTA HISTORIA COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL SON DE MI TOTAL AUTORIA, NO DE DOMINIO PUBLICO COMO ESTA ESTIPULADO, SI HAY ALGUNA DUDA, PUEDEN CONTACTARME Albert realiza su último viaje a África antes de tomar el puesto de Patriarca de la familia A...