Capítulo LXII

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- Lo sabemos, pero los demás no... - aclara Annie sonriendo de forma traviesa.

- ¿A quién se le ha ocurrido esa gran idea? – cuestiona Terry viendo que la morena suelta risitas.

- A mí, queríamos distraerlos y ahí lo tienes, nos divertimos mucho – responde y los demás también intentan reírse, pero quizás esas risotadas que antes eran comunes ahora ya no lo serán.

- ¡La estrella de Annie! – suelta Archie aplaudiendo mucho.

- ¿Jovencitos que hacen fuera de sus habitaciones? – les reta la señora Brighter.

- Nos encontramos a Terry... – afirma Patty emocionada.

- Anden, a sus habitaciones, nada de desviarse... - los corrige y todos comienzan a caminar.

- Sí mamá, ya vamos – asiente Annie y se va hacia donde le indican, los chicos también lo hacen.

- Terry... - lo llama Abahinn al ver que sigue perturbado.

- En serio que ellos están mal – refiere cuando se limpia alguna lagrima que osa con aparecer.

- Sí, han sufrido mucho y están convalecientes – responde Abahinn, asegurándole que estaban peor.

- ¿Cómo puede haber personas que los traten como animales? – cuestiona intentando no llorar.

- Las hay y muchas, pero debes conservar la alegría, ellos bien o mal están alegres, a pesar de todo... - le pide porque los chicos se han conservado en buen estado.

- Pobres chicas y pensar que estoy mejor, cien veces mejor que ellos... – Terry lo dice cojeando hacia la ventana y sonríe por su comentario.

- Sí Terry, trátalos de acuerdo con el humor en que estén, en la mansión se les comprende, así que no sientas lástima por ellos – solicita Abahinn, George ya le había informado del estado de los chicos, todos querían ver a Candy, pero la señora Brighter no se los permitiría hasta que ellos estuviesen mejorando.

- Sí, por supuesto, trataré de ser amigable con ellos. Entonces ¿Candice sufrió mucho? – preguntó por ella, ambos tenían mucho que averiguar y ya.

- Sí, debo de contarte esto porque cuando hablemos más tarde no le entenderás a varias cosas... Candice dio a luz aquí y fue que descubrimos muchas cosas que nadie sabía o más bien que pocos sabíamos. Pero será mejor que esperes, quizás Candy nos cuente algo más, ¿qué prefieres? – cuestiona su padre que en esos momentos llegaba hasta donde están ellos.

- Me espero a que ella nos cuente... - refiere el castaño, había varias cosas que ya sabía y era mejor que todos escucharan lo que tenía que decir.

- Bien Terry, vamos a la biblioteca, allí deben estar todos y además el rey despedirá a muchos de los del Tribunal – dice Abahinn bajando las escaleras.

- Terry, muchacho – el castaño se siente jalado por una persona y al darse la vuelta siente quien es.

- ¡Su majestad! – exclama emocionado.

- Nos tenías con pendiente, ¿cómo has estado? – cuestiona el hombre sentándose en el primer sillón que ve desocupado.

- Bien, creo que Lord Thompson se sentirá complacido de saludarle – refiere ya que al igual que él, dado que no sabía que estuviese en la mansión Andley.

- Hace mucho que no le veo – afirma su majestad y toma el vaso de agua que Marie le ha acercado.

- Bien, vamos, acompáñame, hay que despedir a parte importante del tribunal, sé que no deberías por ser inglés, pero es importante que vean a la persona que llegó hoy en la madrugada, ¿me entiendes? – le pide, animosamente se levanta y dirige hacia la sala donde una buena parte del Tribunal se encuentra congregado.

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