Capítulo L

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- ¡Rayos! - exclamó Candice asustándose.

- ¡Dr. Mickael! ¿Qué hace despierto? - cuestionó Abahinn.

- Eso mismo podría preguntarles a ustedes, ¿qué hacen aquí? ¡No ven que ella está mal de salud! - reprendió a más de uno haciendo que Candy se desesperara.

- No, no lo había previsto... - Amín se burló de él.

- ¡Calma doctor, la señora está bien! - Amir quiso tranquilizarlo.

- ¡Puede perder al bebé! ¿No lo entienden? - Mickael estaba fuera de sí.

- No hay problema Mickael... - Candice quiso quitarle importancia.

- ¡No Candy, entiéndelo! ¡Tienes que guardar reposo! - vociferó una vez más.

- Espera Mickael, ella... - Amín quiso detenerlo.

- ¡De una maldita vez, salgan los dos de aquí! - gritó Mickael.

- ¡No Mickael...! - Candice quiso también detenerlo.

- ¡Fuera! - gritó enfurecido.

- ¡Guarda silencio, nos van a oír todos! - pidieron en un susurro ambos hombres al médico.

- ¡Mickael! - Candice lo llamó.

- ¡Nada, fuera! - volvió a gritar.

- Mickael no me duele nada, todo fue... inventado... - aclaró Candice de una buena vez.

- ¡Candice, no puedo creerlo! Eso fue... ¿para qué lo ibas a inventar? - quiso saber si no era para que ellos salieran del paso.

- ¡No soy lo que todos creen...! - explica una vez más.

- Ante esta mentira, ¡no sé ya quiénes son todos ustedes! - exclama él enrarecido.

- Calma doctor, no es una mentira totalmente - intenta explicar Amín.

- Díganme ¿por qué hicieron esto? - Mickael observó a las tres personas que intercambiaban las miradas, un tanto contrariadas.

- ¡Lemarque nos va a atacar rumbo a Escocia! - Candy decide contar la verdad.

- ¿Qué dices? ¿Cómo lo sabes? - Mickael tomó a Candy de los hombros y le cuestionó.

- Por esto... - Candy sacó una carta de lo que parecía ser su equipaje.

- ¿Qué es eso Candy? - Mickael leyó y no entendía nada, ese papel no era lo que él comenzaba a pensar o ¿sí?

- Esto es una carta de Pierre a su padre... - comentó ella determinada a informárselo.

- ¿Cómo la conseguiste? - Mickael comenzaba a preocuparse, de qué forma la inocente Candy había obtenido ese papel...

- Mera casualidad, digamos que me la encontré en el correo - acertó a decir ya que al parecer no quería relatar el cómo siquiera se había atrevido a hacer lo que sea para obtener ese papel.

- No te creo Candice - respondió Mickael decepcionado.

- Eso es bueno saberlo - respondió ella caminando con el abultado vientre y tratándose de sentar, lo cual hizo a medias. Aquí Pierre le dice a su padre quién es Albert, qué representa para los clanes y la inmensa fortuna que posee, además de decirle que el rey Jorge V no va a meter las manos en el asunto y sobre todo que no habrá poder o ley humana que le prohíban desposarme aunque el convenio que me dio a firmar no haya sido con mi apellido White siendo inválido.

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