La travesía por el Canal de la Mancha llegaba a su fin, ese día muy temprano justo antes de que saliera el sol, los hombres y sirvientes del jeque lo preparaban todo, también los Borthwick, que siguieron las indicaciones del mismo jeque recibidas un día antes. Levantaron a Candy y a Albert para que se arreglaran, ellos irían con los Borthwick y los Grandchester con él y Mickael. Los demás sirvientes habían bajado del barco una tarde antes, se colocaron en lugares estratégicos del camino, desde el puerto de Dover hasta Escocia. El jeque decidió enviar a su esposa e hijas directo al Tribunal de Lyon, lo que menos quería era exponerlas a la violencia que los enemigos de los Andley; así que optó por mandar a Amir con su esposa e hijas, primero se confrontó con su esposa, enfadada por lo que él iba hacer, pero ya que ella no podría convencerlo decidió portarse sumisa ante sus órdenes y era la primera vez que ella demostraba celos por otra mujer y por el denotado enojo de su esposo.
- Amín, pero ¿cómo? ¿No vas a venir con nosotras? - refirió Aaminah enfadada con su marido.
- No Aaminah, no puedo abandonar a los Borthwick a su suerte, me han pedido ayuda y debo darles mi ayuda - explicó su marido.
- ¿A los Borthwick? O a ¿Lady Candice Andley? - insinuó Aaminah.
- ¿Qué significa eso? - preguntó Amín enfadado con su esposa haciendo que ella bajara la mirada. ¿De qué me estas acusando? - le gritó sin poder creerlo.
- Amín, no la puedes tener y yo soy tu esposa por derecho, merezco respeto - susurró lo más quedito posible.
- ¡No me lo puedo creer! ¡Me estás reclamando por algo que estoy haciendo! ¡Te soy completamente fiel! ¡Nunca he tocado a nadie que no sea a ti! - rebatió él muy enojado.
- ¿Seguro? ¡Dime que no la piensas, dímelo! - reclama su esposa haciendo que él se asombre por el reclamo.
- Usted mi señora, no tiene por qué querer ordenar en mis pensamientos, ayudaré a los Borthwick y esa es mi última palabra - él le toma la barbilla y con lo último la suelta.
- ¡Estás ayudando a Lady Candice! ¡No a los Borthwick! ¡No la podrás tener nunca! - insiste.
- ¡Suficiente! ¡Amir... Amir ven aquí! - el jeque mandó a llamar a su sirviente.
- Sí su alteza, ¿le puedo servir en algo? - preguntó Amir muy servicial.
- Amir, vas a desembarcar junto con mi esposa hoy por la tarde, ¿me has entendido? - refirió el jeque sin mirar a su esposa y mucho menos a Amín.
- Sí señor, las princesas también irán con nosotros - cuestionó Amir.
- Sí, también - afirmó el jeque doblando algunas cosas que requerirían el plan.
- Amín - lo llamó su esposa en presencia de Amir.
- No voy a discutir más sobre este tema - el jeque muy molesto se levantó y su esposa sin importarle la presencia de Amir, volvió con las aclaraciones.
- Soy tu esposa... - se acercó Aaminah al jeque deteniéndose.
- Lo sé mi amor y la que lo duda eres tú, espero que cuando te vuelva a ver no te arrepientas de lo que me acabas de decir - espetó y aclaró él cansinamente.
- No estoy reclamando nada de lo que una esposa puede exigir - ahora fue el turno de otra aclaración.
- Te soy fiel Aaminah, nunca la he tocado, sólo debo cumplir con mi deber, con lo que se me ha pedido - reafirmó Amín, soltándose de su esposa y caminando hacia su habitación.
ESTÁS LEYENDO
Pasión Africana
PertualanganESTA HISTORIA COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL SON DE MI TOTAL AUTORIA, NO DE DOMINIO PUBLICO COMO ESTA ESTIPULADO, SI HAY ALGUNA DUDA, PUEDEN CONTACTARME Albert realiza su último viaje a África antes de tomar el puesto de Patriarca de la familia A...