- ¿Venía herido? - preguntó Frederick cuando vio los dos torniquetes.
- Sí, pero sólo del antebrazo; la pierna...creí que era el zorro, ese fui yo - aceptó Lord Thompson haciendo una mueca de que se le salió el tiro.
- Señor, no creo que el duque se enoje, ¿verdad? - cuestionó su ayudante en cuanto lo tuvo concentrado, era demasiado raro que el tiro le haya fallado.
- No lo sé, espero que no. Ayúdame a llevarlo hasta tu caballo y regresarás con otro, Philemon ya no puede esta noche llegar hasta la finca - aseguró Lord Thompson.
- Sí señor - aceptó el ayudante, comenzando a ayudarle.
Y así sucedió, Frederick y Lord Thompson arrastraron al joven al caballo de la mano derecha del lord y se lo llevó, cuando llegó a la finca todos se levantaron de dónde se encontraban sentados bajando el cuerpo desmayado de Terry. Frederick dio indicaciones sobre lo que había de hacerse en cuanto a Terry, mientras otros llevaban un remolque para Philemon y otro caballo para Lord Thompson.
Lord Thompson y otros dos de sus amigos llegaron cerca de las dos de la madrugada, a descansar, no sin pasar a ver cómo se encontraba Terry, era obvio que todos se encontraban ocupados con los quehaceres de las dos heridas de bala y la inconsciencia del muchacho, algunos de ellos se preguntaban que le habría sucedido y por qué una de las piernas del chico parecía no tener nada más que el roce de las gasas y por supuesto del yeso, pero nada más eso, no estaba lastimada ni mucho menos, sólo que al parecer llevaba mucho tiempo protegida.
Cuando hubo saciado su curiosidad, decidió ir a descansar cayendo rendido ante el desgaste de su fallida cacería. Al otro día muy temprano, el antebrazo y la pierna herida se encontraban vendadas, las balas en un recipiente, las ropas del chico en pilas sobre el piso y una linda morena a su lado le refrescaba la frente con agua fría; debido a la sustracción de las balas, había sufrido un poco de acaloramiento ya que lo hubieron sedado con licor.
El médico que se fue a descansar no pudo hacerlo demasiado, por lo que se levantó para cambiarles los vendajes. Cuando entró a la habitación la morena espiaba un maletín de cuero, siendo asustada por el médico. Al mismo tiempo y detrás del galeno, hacia su entrada Lord Thompson.
- ¿Cómo está el muchacho Dr. Stefan? - cuestionó Lord Thompson.
- Bien, hizo muy bien en hacerle torniquetes en las dos heridas - el médico lo felicitó. Eso evitó que el chico se desangrara - terminó de decirle.
- Gracias, sangraban mucho - comentó Lord Thompson admitiendo que eso era lo mínimo que le aprendió a su hija y por algo era.
Bien hecho Lord Thompson, sabe usted ¿quién es? - cuestionó al pedirle permiso a la morena para que lo atendiera. Ella se levantó de ahí y se colocó en la ventana viendo hacia ese chico ¿cómo se le hacía conocido? El Dr. Stefan comenzó a quitarle el vendaje cuidadosamente.
- Sí su nombre es Terrence Grandchester - le contestó afable.
- ¡Aaahhh, duele! - se quejó el chico cuando el médico le quitó la gasa que tenía directamente en la herida.
- Lo sé joven, pero debe quedarse quieto - le solicitó el médico, sabiendo que la curación dolería más que la extracción de la bala.
- ¿Estás bien, Terrence? - preguntó Lord Thompson acercándose cuando oyó el gritó del joven e impidiéndole que se levantara.
- ¿Cómo...? ¿Quién es usted? - cuestionó Terry al no reconocerlo.
- Soy amigo de tu padre, te encontré en las orillas del Río Clyde, herido, por eso te traje a mi casa - le contó la parte que admitía ser cierta.
ESTÁS LEYENDO
Pasión Africana
AventuraESTA HISTORIA COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL SON DE MI TOTAL AUTORIA, NO DE DOMINIO PUBLICO COMO ESTA ESTIPULADO, SI HAY ALGUNA DUDA, PUEDEN CONTACTARME Albert realiza su último viaje a África antes de tomar el puesto de Patriarca de la familia A...