Habían pasado 3 horas, Estaba sentada en una sala algo grande, no sé si era la comisaría. No podía ver nada porque me habían puesto una banda en los ojos, nadie me hablaba ni me decía nada. Seguía con las manos esposadas y tenía hambre, me sentía mal porque no se que mierda estaba haciendo en un lugar así, no hice nada y no merezco estar aqui, es una idiotez.
Tenía mi cabeza levantada hacia el techo y movía mi pierna desesperada, necesitaba hablar con alguien. Necesitaba una explicación del porque me habían traído aquí y porque Tom estaba involucrado.
De repente escuche como alguien habría una puerta, sus pasos pesados se acercaban hacia donde me encontraba lentamente, por un segundo me dio un fuerte escalofrío en todo el cuerpo. No sabía quién era y obviamente me daba un poco de miedo.
— Quién anda ahí — pregunté, sin recibir respuesta.
Pasaron algunos segundos, escuche como rodaban una silla hacia mí, la colocaban al frente y luego se sentaban en esta.
— Buenas buenas, muñequita.— esa voz se me hizo conocida, muy conocida.
Empezaron a soltar la banda que estaba en mis ojos, abrí estos con fuerza y observé aquel maldito hombre que se encontraba frente a mi.
— Tom — murmuré— ¿Donde mierda estoy? — gruñi, a lo que el solo se burló.
— Estás en un lugar muy lindo, estamos a 1 cuadra de la estación de policía.
— Y que quieres que haga, por qué me tienes aquí.
— Te traje aquí para decirte algo, tú harás lo que yo te pida. ¿Entiendes?
— No, no lo haré. ¡Jamás! — solté y me moví, cayendo sentada en el piso.
— ¿No lo harás? Oh, bueno. Lo siento mucho. — Miro a la puerta y cerró sus ojos con fuerza, sonriendo. — ¡Guardias, vengan a buscarla!
Sin más los hombres entraron por mí, eran policías. No sé porqué se prestaban para esto, al parecer Tom los había comprado con dinero o quién sabe.
— No me importa a donde me lleven, no haré lo que me pidas. — espete, después ambos hombres se acercaron hacia mí y me amarraron bien, después me subieron a uno de sus hombros.
— Lo veremos muñequita, lo veremos.
Empezaron a sacarme del lugar, me subieron a lo que parecía ser una patrulla, empezaron a andar y encendieron las sirenas, minutos después ya habíamos entrado a esta y me habían cargado hacia unos asientos.
— Quién es esta chica, por qué la traen. — pregunto otro policía.
— Ella es una delincuente, estaba vendiendo drogas en la parada. Alguien la denunció y llegamos a tiempo, ¡Hay que encerrarla!
— Dios mío, esta gente de hoy en día. No, no hay que encerrarla. Hay que darle una enseñanza y después encerrarla en la detención de mujeres, eso es lo que debemos hacer.
— ¿Que harán? ¿Me joderan? ¡Que Hijos de puta! ¡Son unos malditos vendidos! — grite.
— ¡¿Vendidos!? ¿¡Acaso estas loca!?
— No lo estoy, no estoy loca. ¡Ustedes si!
— Por dios, aparte de delincuente, respondona. ¡Respeta a tus superiores! — sin más, el hombre me golpeó en la mejilla, haciendo que retrocediera, no podía mantenerme en pie por la soga que me tenía amarrada, todos los policías empezaron a golpearme sin ninguna razón, estaban haciendo que todo el cuerpo me doliera.
— ¡Ya no mas! — grite, a lo que no le tomaron atención. Siguieron golpeándome hasta no poder soportar.
— Rata asquerosa, todas las mujeres son iguales.
Yo no podía ni levantarme, les juro que el dolor que sentía era muy fuerte. Eleve mi mano hacia mis labios y acaricie estos como pude, aleje mis dedos hasta donde podía mirarlos y me di cuenta que tenía sangre, los labios Se me habían roto.
Omniscient narrator.
La chica estuvo tirada en el piso por algunos segundos, los policías se burlaban. Todos le tiraban bebidas y comida encima a la chica, ¿Porque lo hacían? No se sabe, lo único claro aquí, es que, cuando Tom se entere, se enojara.
Sin más uno de los policías la levantó, la llevo hacia uno de los autos y la subió en los asientos de atrás, la llevarían hacia la detención de mujeres.
This is Tom's point of view.
Caminé hacia la el estante y tome la botella de vino, Ivón se encontraba a mi lado y estábamos festejando. ¿Quieren saber por qué? Bueno, estábamos festejando porque ya conseguimos a nuestra presa perfecta.
La chica que habíamos conseguido era a Britney. Obvio ella sería nuestra llave esencial para descubrír las fechorias de alex, ¿No es perfecto? Aún no a aceptado que será nuestra nueva presa, pero lo hará. Lo aceptara porque no tiene más opción, ya la escoji y ella será quién nos ayude. Si no acepta y lo hace por las buenas, la pasará mal, muy mal.
Ya la había llevado a la comisaría, la meterían a la cárcel de mujeres y estaría allí hasta que soportara. No sería mucho porque estar allí es terrible, me llamaría rogando y yo iría por ella, para maravillosamente sacarla allí, y obvio, me debería algo. Ese algo, se lo cobraré. Le pediré que haga lo que me pido o va a la cárcel, genial. ¿No?
Sólo estaba esperando que pasaran algunas horas, ella no va a soportar un solo día allí y estoy seguro de que me llamara lo antes posible, espero ansioso por escuchar su maldita voz diciendo "si".
— Esto es maravilloso, sabremos las cosas de Álex y podremos joderlo. Me emociona esto, a parte tendríamos una nueva muñequita para nuestros favores, que felicidad.
— Así es, jefe. Cuando la chica este aquí, estaré al pendiente de cada movimiento que de, le aseguro que no se nos escapara ni intentará hacerlo. Una vez que esté aquí, no podrá huir.
sonreí malicioso y asentí, lo mejor estaba por empezar.
5 hours later
Una llamada hizo que Tom caminará rápido hacia el celular, al ver el número guardado de la policía, sonrió. Estaba seguro de que la persona que llamaba era la que tenía en mente.
— Tom, ven a sacarme de aquí. Por favor, por favor. Haré lo que me pidas, solo ven a buscarme, no soporto estar un momento aquí. Esto es la peor mierda, es peor de lo que imaginé.
Dorita.
Hole
Agarren sus culos y no me funen.
Adiós
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✶ 𝗞𝗶𝗹𝗹𝗲𝗿𝗺𝗼𝗯 | 𝗧.𝗸.
Fanfiction«𝗞𝗶𝗹𝗹𝗲𝗿𝗺𝗼𝗯» Tom kaulitz; era uno de los mafiosos más peligrosos de Berlín y toda Alemanía, Nunca nadie supo que el era el hombre encapuchado que hacía las maldades, se canso de eso y decidió huir con su hermano a algún lugar muy lejos, pero...