Capitulo 5

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Tiffany

Cuelgo la llamada con una sonrisa tonta, no se porque sonrío así pero no lo puedo evitar.

—¿Y bien?—Dice Laura frente a mí, la miro.

—Pues...—Guardo cilencio un segundo dejándola en suspenso...—¡NOS VAMOS A ITALIA!—Grito emocionada y en menos de un segundo ambas estamos chillando, brincando y abrazándonos como unas locas.

—Esto hay que celebrarlo.—Me dice Laura y deja de abrazarme, veo que toma su teléfono, acomoda su cabello hacia un lado de su cuello y teclea algo en su teléfono antes de acercarselo al oído.—¿Agencia de stipres? Si, es que quiero contratar a varios, si, serían dos.—Me mira y me guiña un ojo mientras yo abro los ojos por la sorpresa. Da la dirección del apartamento.—Quiero los más sexys y calientes de la agencia, los requiero para toda la noche.—Parpadeo un par de veces aún sin creerme lo que estoy escuchando.—Si, ahora mismo hago la transferencia, muchas gracias.—Con eso cuelga.

Me mira con cara de niña inocente que no rompe un plato, Niego con la cabeza mie tras cruzo mis manos sobre mi pecho.

—No tienes remedio.—Me río por lo bajo.

—Pero así me quieres ¿no?—Vuelve a mirarme con cara de niña inocente.—Acepta que no puedes vivir sin mi.

—Bueno, acepto que sin tus locuras mi vida fuera una total rutina.—Bufo.

Pasaron alrededor de quince minutos cuando el timbre sonó, Laura fue abrir y me quedé anonadada con lo que estaba viendo. Dos hombres, uno vestido con la ropa de jardinero pero en versión sexy dejando ver perfectamente los musculos de sus brazos y su pecho, el otro solo tenía pantalones de policía y un chaleco abierto dejando ver su pecho y abdomen perfectamente definido.

Creo que no se me ocurre una mejor manera de despedirnos de Los Ángeles.

—Que comience la fiesta.—Dice mi amiga y pone música, nos sentamos muy tranquilamente en las sillas que tiene la mesa comedor y nos deleitamos con el espectáculo.

Atenta a cada uno de los movimientos de los hombres, el policía me da una mirada candente la cual se la devuelvo y se me acerca, bailando solo para mi se quita el chaleco, suelto un grito por la sorpresa, Laura y yo comenzamos a aplaudirles y gritarles como unas auténticas fanáticas.

El policía sexy se me acerca bailando con una botella de tequila de la que me hace beber, siento el alcohol ardiente bajando por mi garganta pero no me importa, las horas transcurren entre bailes sensuales, bebidas, no sólo tequila, sino también, whisky, hasta champagne, no se desde cuando Laura tiene tanta bebida en la cocina, pero agradezco que la haya tenido. Nos tomamos varias fotos con los stipers y después seguimos bailando, riendo, bebiendo.

...

Decir que tengo resaca es poco, la cabeza me va a estallar y es como si tuviera un concierto de heavy metal justo en mis oídos, hasta el silbido de una mosca me molesta. No se a que hora se fueron los stripers pero hay partes de la noche que no recuerdo y otras que están borrosas.

—¿Donde tienes una pastilla?—La voz ronca de mi amiga interrumpe mis pensamientos.—Dios mi cabeza.

—¡Shhh! ¡No grites!—Dije con molestia.—Ahora te busco una y de paso yo también me la tomo.

—Dame dos.—Dice ella.—No creo que una me haga algo.

—Te tomas una y te duchas.—Le Ordene.

—Tu no me das ordenes perra.—Dice con un tono de voz un poco alto por la molestia.

—Habla más bajo cagna.

—De veras a veces te odio.—Le doy la pastilla y se va. Ruedo los ojos.

Me sirvo un poco de agua para tomarme la pastilla y después subo a mi habitación con mucho pesar para ducharme y quitarme el olor a alcohol que tengo.

Besos Con Sabor ItalianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora