Capitulo 11

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El hombre frente a mí saca un sigarrillo y lo enciende.

—Veo que te acuerdas de mi cariño.—Le da una calada al sigarrillo.—Eso quiere decir que tan mal padre no he sido ¿verdad?—Veo como va expulsando el humo mientras habla.

—Hace cuanto saliste de la cárcel.—Es lo único que me limito a preguntar.

—Hace varios días, te he estado observando, me tuve que gastar una fortuna para venir hasta Italia.—Da otra calada a su sigarrillo.—Pero todo sea por verte mi niña.—Acaricia mi mejilla, pero me suelto de su agarre y le lanzó una mirada de asco.—Eres muy desconsiderada, en todos estos años no me has visitado ni un solo día, por eso te traje aquí.—Señala el lugar.—¿Te gusta?

—Es ideal para ratas como tú.—Digo con simpleza.

En respuesta me ganó un certero golpe en el labio, siento el sabor metálico de la sangre en mi paladar, pero lo ignoro. Solo le sonrío.

—Esa boquita cariño.—Me dice cinicamente.—Parece que en estos años que estuve en prisión se te olvidaron los modales que te enseñe.

—Debiste podrirte en la cárcel.

Agarra mi cabello con fuerza sacándome un leve quejido por la sorpresa y se acerca a mi rostro.

—Tú no sabes lo que pase todos esos puntos años encerrado por tu culpa, pero ahora me las vas a pagar.—Suspira, puedo oler el alcohol en el, esta ebrio, miro sus ojos, no me había dado cuenta de que tiene las pupilas dilatadas, aunque tampoco me sorprende.

—Que me harás—Pregunto con una gran sonrisa neutra en mi rostro.

Eso hace que suelte mi cabello. Mira hacia un lado y da un asentimiento a alguien, segundos después un cubo de agua helada es lanzado a mi cuerpo. Mi piel se eriza, pero lo ignoro, la verdad no me importa nada que valla a hacer conmigo.

—Cariño, ¿sabes que sucede si le agregas agua a la electricidad?—Dice mi progenitor.

Trago saliva duramente al darme cuenta del peso de sus palabras y lo que me quiere decir con eso.

—Bueno, pues yo no lo sé, asique tu me vas a ayudar a averiguarlo.

Saca un control remoto de un bolsillo de su pantalón y juega con el y sus dedos en un intento de intimidarme, pero no lo logra, mi sonrisa sigue intacta sin borrarse y eso hace que.–literalmente.–Suelte humo por las orejas, lo escucho gruñir y oprime el botón.

Mi cuerpo comienza a convulsionar al compás de los choques eléctricos, el dolor es soportable asique no elimino mi sonrisa, logrando que el aumente la intensidad de los choques eléctricos hasta el máximo, me duele todo pero no elimino mi sonrisa.

Pasaron alrededor de treinta segundos hasta que los choques eléctricos abandonan mi cuerpo.

—¿Eso es todo lo que tienes?—Pregunto con un tono neutro y mi sonrisa sigue intacta.

Encaja una navaja en mi pierna derecha, gruño pero no le doy el placer de verme adolorida.

—Veo que tengo que volver a inculcarle modales.—Me dice con molestia.—A papá no debes de tratarlo así.

Acomoda un mechón de mi cabello detrás de mi oreja izquierda y la observa determinada mente.

Sonríe, seguramente vio la sicatriz.

Esta por botar su sigarrillo.–o eso creía.–Aún encendido me lo pega sobre la sicatriz que tengo detrás de mi oreja. Siento el ardor de una quemada formarse pero lo ignoro, mis pensamientos solo tienen una cosa en la cabeza.

Si salgo de aquí con vida.

Yo misma te mataré.

Miles de cosas se me ocurren para hacerle pagar todo lo que me ha hecho durante años.

Una sonrisa sádica se escapa de mis labios.

—Parece que nada de lo que nada de lo que hago hará que te arrepientas de tus errores cariño.—Me dice el con un tono de frustración en su voz.

—¿Que quieres que te diga?—Sigo sonriendo.—Se ha vuelto demaciado complicado.

Agarra con brusquedad el mango de la navaja encajada en mi pierna y la remueve un poco antes de hacer presión en ella, aguanto la respiración para no soltar un quejido de dolor, aunque sea fuerte, no soy tolerante a todo lo que mi padre me haga. Remueve una vez más la navaja antes de sacarla de una sola vez de mi pierna, soy un pequeño salto por la sorpresa y me limito a seguir con mi sonrisa neutra.

Mete la navaja en un recipiente, puedo notar que tiene un líquido pero no distingo lo que es, unos segundos después me mira mientras saca la navaja del recipiente, antes de que lo prevea me hace un corte en el brazo, el ardor es insoportable, gruño para no gritar y para contenerme muerdo mi labio inferior y aprieto mis ojos cerrados.

Entonces me doy cuenta, ese ardor solo me lo puede dar una sustancia.

Ácido.

Abro los ojos y miro mi brazo, la herida es profunda, seguramente necesitará puntos.–Si es que salgo viva de aqui.–No tengo ni puta idea de como podré irme, comienzo a perder las esperanzas.

Me consuela que al menos tuve un buen sexo de despedida.

Otro cubo de agua fría golpea mi cuerpo y antes de reaccione a esto, los choques eléctricos intensos regresan torturando mi cuerpo y mis músculos haciéndolos combulcionar, pasan alrededor de treinta segundos cuando caigo en la oscuridad.

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N/A: ♡Feliz...Miércoles♡

Bueno no creo que sea tan feliz después de este capítulo, pero bueno.

Ahora mismo temo por mi vida, Faby, no me hagas nada *Alza las manos en señal de paz*

Aunque me quieran matar tengo que confesar que me gusta hacerlas sufrir un poquito, no todo puede ser felicidad.

¿Creen que alguien pueda salvar a nuestra Tiffany antes de muera a manos de su progenitor?

Déjenme saber quien creen que la va a salvar. Jeje.

*Sonido de cajita de juguito*

La patrona sube los pies en la mesa mientras acomoda sus gafas de sol. Se prepara para un fin de semana lleno de amenazas por parte de Faby.

*Risa malvada*

L@s quiero pero el suspenso es parte de mi también jeje.

Faby estaré vigilando tus estados y comentarios.

Ahora si...

Hasta el jueves.

Ah si cierto, no Actualice ayer por motivos personales por eso la actualización de hoy.

Ahora si, hasta mañana.

Besos Con Sabor ItalianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora