Domenico
Siento su mirada sobre mi, supongo que piensa que estoy dormido. Veo como me observa con una sonrisa, parece una vil acosadora sexy y desnuda, pero es más que eso, mucho más que eso.
Es mi esposa.
La mujer a la que le daré mi vida si ella me lo pide, y por la que estoy dispuesto a quemar el cielo y el infierno a la vez por evitar una sola lágrima de tristeza suya.
Es increíble todo lo que hemos tenido que pasar, para que por fin estemos juntos, he soñado y planeado tanto que por fin llegará este momento, el cuál llego cuando menos lo esperaba, cuando crei que ya no iba a suceder.
Mi piccola
—Pareces acosadora mirándome tan fijamente piccola.—Hablo tomándola por sorpresa y sobresaltandola ligeramente.
—No es mi culpa, sino tuya por ser un dio greco.
Sonrie, deposito un beso en sus labios, pero no deja de sonreír contra los míos.
—Buenos días esposa
—Buenos días esposo
Nos duchamos para después salir de nuestra habitación hacia la cocina en la que nuevamente se escuchan ¿gemidos? nos acercamos alarmados, pero solo rodamos los ojos al ver de lo que se trata.
—¡En la cocina nooo!!—Exclama Tiff llamando la atención de los fornicadores de Irina y Carlo los cuales sólo se ríen, los ojos de Tiff recorren las partes desnudas del cuerpo de Carlo, escucho como suelta un suspiro exasperado que me da molestia, como un reflejo incondicional a esa acción mi mano aprieta un poco la suya pero no parece notarlo.—Lo que sea de cada quien...Me gustan tus nalgas Biagio.
—Gracias Astartea.—Dice el italiano. Un gruñido se escapa de lo más profundo de mi garganta sin que lo pueda evitar.—¿Celoso Bianchi?—Me molesta el idiota.
—Deberías terminar lo que empezaste.—Señalo con los ojos a Irina que está un poco frustrada.—En ves de molestarme a mi o a mi esposa.—Digo con orgullo, la boca de ambos se abre por la sorpresa.
—¿Espos...?—Murmura Irina con confusión pero no termina la frase.
—¿Se casaron? ¿Quee mierda?
—Vete de aquí Biagio, ya te contaremos.—Agrega mi mujer.—Créeme que no querrás que Irina te castre por dejarla así.
Irina se sonroja, intenta ocultarlo, nos reímos.
—Ya vallanse fornicadores cochinos.—Agrego.
Se intentan arreglar la ropa como pueden para uir de esta situación por así decirlo.
—Y la próxima usen un cuarto con seguro.—Grita Tiff.—Carlo.—Llama la atención del italiano, el cual la mira.—Usa condon, no quiero un mínicabron tan pronto.
—Yo también te quiero jefa.—Dice antes de subir las escaleras.
Tiff y yo nos miramos antes de hecharnis a reír. Ella se apoya en una pared de la isla de la cocina.
—¿Qué quiere desayunar mi esposa?
—Ah!! ¿Usted me va a cocinar?—Su sorpresa es evidente, asiento.—Que extraño, el gran "Domenico Bianchi" cocinando.—Dramatiza.—Eso si no lo veía esperar cariño.
—Aprovecha que estoy bondadoso señora Bianchi, no me haga que la castigue severamente por su comportamiento.
—Ya quiero ver eso señor.—No es posible que esas palabras me pongan tan caliente ¿o si?—Pero primero quiero comer, tengo ambre.
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Besos Con Sabor Italiano
Novela Juvenil*Aún sin corregir* Saga Vida Mafiosa #1 Tiffany Lewis, sinónimo de perversidad disfrazada de inocencia. Es la modelo principal de una se las agencias más prestigiosas, o al menos lo era, hasta que fue despedida sin razones, compensación o esperanzas...