Epilogo

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Sonrío ambpliamente ante mi reflejo en espejo, mi vestido blanco con brillos, sencillo, pero elegante, me queda perfecto, pareciera que fue hecho para mi.

Sonrío al recordar las palabras de Dom.

Creerás que no soy muy católico y tienes razón, pero mi abuela me hizo prometerle desde niño, que cuando me casara lo haría por la iglesia, por todas las de la ley, y eso únicamente iba a suceder cuando encontrara a la mujer perfecta, y esa eres tú.

Su propuesta terminó haciéndonos tener sexo salvaje en su escritorio hasta la madrugada que terminamos en nuestra habitación.

Conocer a Domenico ha sido de las mejores cosas que me han pasado en la vida.

Lo amo y dedicaré mi vida a hacerlo feliz con mis mamadas, esas que tanto le gusta que le haga.

Me río ante ese pensamiento.

Los brazos de Laura en mi me sacan de mis pensamientos.

—Estás divina.—Me dice.

—Ya se.

—Engreída, pero te lo dejo pasar porque este es tu día especial.

—Siii.—Chillamos

—Me alegra que este día haya llegado, te lo mereces más que nadie, más, el te ama como estoy segura de que nadie podría hacerlo. Y estoy feliz por eso, y porque puedo acompañarte en este día, sabes que eres mi hermana, aunque no lleves mi sangre, eres mi hermana, por ti hago lo que sea, y lo sabes y si por casualidad te aburres de su para nada pequeño pene, me avisas, y yo me encargo de buscarte unos 35 cm que te rompan en dos si es lo que quieres.

Nos reímos.

—No creo que existan 35 cm.—Ruedo los ojos.

—Por ti los invento.—Nos miramos entre sonrisas, siento mis ojos cristalizarse, no quiero llorar, no aún, no puedo.

—¡Ya para! ¡No quiero llorar!—Digo con voz de niña pequeña, nos abrazamos.

—Bien.—Suspira.—Ya es hora hermanita.

Asiento.

—¿Lista?

—Es..Estoy nerviosa.

—Eso es normal hermosa, pero veras que todo saldrá bien, solo tienes que ser tu misma, y tu esposo se va a derretir cuando te vea tan radiante.

—Tu siempre sabes que decirme Lau.

—Bueno chicas lamento interrumpir.—Esa es la voz de Faby. Nos hemos acercado bastante y podría decir que hasta nos hemos tomado algo de cariño.—Pero hay un novio allá afuera que esta impaciente y nervioso por ver a la novia y será mejor que salgamos ya antes de que le de algo al señorito.

Nos reímos una vez más.

—Vamos.

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Mis pasos resuenan al entrar a la iglesia, la suave melodía de la marcha nupcial llega a mis oídos, la mirada de todos se enfoca en mi, aprieto el ramo de rosas blancas en mi mano por los nervios, mi suegro me lleva del brazo y eso solo me hace estar más nerviosa.

Olvido todo lo demás cuando sus ojos se fijan en los míos, sonrío sin poder evitarlo. Cada paso que doy me acerca más a mi destino y no puedo abandonar el pensar que la vida me puso cada prueba para traerme hasta aquí, si, es una afirmación, el destino existe y le da a sus mejores guerreros las más grandes batallas, aunque no te pondrá ninguna que no sabe que no podrás superar. Ya que solo tiene como propósito hacerte más fuerte hasta que llegues al momento de tu máxima plenitud que para mi...Es este.

Besos Con Sabor ItalianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora