Capitulo 25

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Domenico

Reviso unos papeles en mí oficina, pero no logro concentrarme. Ha pasado una semana desde lo que pasó con el maldito guardaespaldas de Tiffany, ya lo habría matado de no ser por la amenaza de Tiffany.

La sangre me hierve de solo pensar que lo defendió..

Su nueva guardaespaldas debería de llegar hoy—si es mujer— no pienso consentir que alguien que no sea yo la toque tan siquiera. Por otro lado, también estoy impaciente por ver las fotos de la última sesión.. Una nueva empresa nos contrato para hacer una sesión de fotos para promocionar la misma. Es una empresa de organización de bodas y ese tipo de cosas. Obviamente la modelo fue Tiffany, pero en cuanto supe que tenia que besar al modelo, para las fotos, intervine. De solo recordarlo me dan ganas de matarlo.

¡Detengan ésta mierda!!—Grito en cuánto veo que el modelo se acerca a Tiffany dispuesto a besarla, llamando la atención de todos.

Eso solo lo puedo hacer yo.

Es MIA.

Mi piccola.

Le disparare en la mano, así aprenderá a no tocar a mi mujer y esta vez, nisiquiera su intervención podrá interferir.

Me acerco al maldito modelo con cara de estúpido gay hijo de mamá que me dan náuseas y antes de que prevea mis movimientos estámpo mi puño contra él, el grito de Tiffany hacia mi no se hace esperar, pero no me importa, logró ver como un líquido carmesí comienza a salir de su nariz, ignorando eso, me abalanzo sobre él y lo agarro por el cuello de la blanca camisa que trae puesta.

—¿Quién mierdas te crees para intentar besarla?—Especto bruscamente, puedo ver la confusión y a la vez el miedo que tiene reflejado en su mirada.

Unos pares de brazos me agarran alejándome del modelo. Gruño por la molestia, quiero partirle las pelotas a ese idiota.

—¡Calmese jefe!!—Ese es Gleb.

—¡No lo haré! voy a partirle las manos a este idiota.

¡Domenico!—Grita Tiffany con furia poniéndose delante de mí, una de sus manos toca mi pecho.—¡Mírame!—Dice con autoridad y la miro, a los ojos, siento como mis latidos se van calmando y mi furia también, las ganas de matar al blandengue ese ya no están.

No se como lo hace, pero siempre logra sacar lo mejor de mi, pero también lo peor, si ella me lo pide puedo hacer arder el mundo solo para ella, o puedo ponerlo a sus pies.

—Sueltenlo.—Dice ella mirando a quien sea que me esta agarrando y a Gleb.

—Estás segura...—Dicen Gleb y Carlo a la vez, ahora ya se que quien me tiene agarrado es Carlo.

—Sí, no va a hacerle nada.

Las manos que me tienen agarrados hace unos instantes me sueltan rápidamente, dejándome libre, podría ahora mismo mandar todo a la mierda y matar a ese idiota, se me ocurren muchas cosas que podría hacerle a esas malditas manos que intentaron tocar lo que es mio.

Pero no lo haré, por el simple hecho de que Tiffany está frente a mí, y su mirada me dice que si le hago algo se va a ir de mi lado, y no es eso lo que quiero.

Desde que la vi en esa reviste hice todo lo posible para acercarme a ella y ahora estamos más cerca que nunca, no voy a arruinarlo por un chupapollas que no vale la pena.

—Anda, vete de aquí.—Le digo al blandengue modelo que se hace llamar hombre.

—Los demandare por maltrato.—Se va lloriqueando como una niña, me río por lo bajo y las ganas de hacer que llore de verdad llegan a mi ser.

Besos Con Sabor ItalianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora