Capitulo 33

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Tiffany

Dejando a los tortolitos solos, me encierro en una habitación del hospital después de poderle a mi esposo que me trajera ropa.

No puedo andar por ahí llena de sangre.

Entro al baño antes de desnudame para después meterme debajo de la ducha, el agua comienza a correr por todo mi cuerpo y puedo ver como cae teñida totalmente de rojo.

Me veo obligada a salir del baño un momento por la insistencia de algún fastidioso e insistente que ha hecho que mi teléfono no pare de sonar en varios minutos. Lo agarro y me encaminó al baño y veo el nombre que aparece en letras grandes en la pantalla, suspiro antes de contestar.

—Di...—Ni siquiera termino la frase porque la voz de la otra persona al otro lado de la linia me interrumpe.

Tiffany Lewis —Dice la voz que conozco a la perfección y me preparo para el regaño de mi vida por no haberle llamado ni un solo día desde que se fue.—Juro que te arrancaré los ojos y le lanzaré tus órganos a los cocodrilos, y tu cuerpo a los tiburones.—Ruedo los ojos ante sus palabras dramáticas.—Ni vallas a rodar los ojos justo como estas haciendo ahora perra.—Ok ya eso me asusta, ¿cómo lo supo?—Eres una maldita perra estúpida, y en vez de preguntarte cosas estúpidamente obvias deberías comenzar a temblar por mi ira o al menos inventarte una maldita excusa extrañamente creíble para excusarte por no haberme llamado desde que me fui maldita.—Trago saliva duramente, cierro la puerta del baño.—¿Qué estás esperando? ¿Qué valla a Italia y te saque los sesos para que comiences a hablar de una maldita vez? ¿O qué?

—Relájate, si me dejaras tiempo para ha lar en vez de estar reclamandome como una psicópata te explicaría el hecho por el cual no te he llamado desde que moriste tu culo hacia Rusia dejándome solo un mensaje de aviso.

Dejo el teléfono en el retrete mié tras lo pongo en altavoz para continuar con mi baño.

Eso...¿te estás duchado mientras hablas conmigo? ¿Es la importancia que me das? Ahh, no perra, no vas a hacerme cambiar el tema tan fácil, sigo esperando tu explicación razonable.

—Si, creo que tenemos mucho de lo que hablar Laura.

Comienzo a contarle todo lo que paso desde su misterioso e inexplicablemente viaje a Rusia por el cual ya le pediré cuentas después, ella permanece callada escuchando atentamente todo lo que tengo que decirle, y al mismo tiempo se que esta impresionada por todo lo que ha pasado en tan poco tiempo.

Mi viaje a Colombia.

Mi confesión sobre lo de Maksimun y mis sentimientos a Domenico.

Mi alocada boda.

Y por último.

En como me volví Astartea, la dama de la mafia italiana y por supuesto.

Una asesina.

Termino de contarle mientras comienzo a secar mi cuerpo, la línea permanece en cilencio durante algunos segundos.

Te casaste sin decirme.—Comienza, escucho como Suspira.—Y te vengaste de ese hijo de puta convirtiéndote en una asesina a sangre fría estando yo lejos. Definitivamente eres una maldita perra. Pero...Quedas perdonada por ésta vez, por cosas como esta deberías llamarme más seguido estúpida.

—Dramática, prometo llamarte todos los días, además, tu también deberías de contarme algunas cosas cagna. —La insulto en italiano recordando que no entiende el idioma. Me río por lo bajo.—Y explicarme algunas más, asique más te vale que comiences a hablar.

Besos Con Sabor ItalianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora