Capitulo 26

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Tiffany

Siento como mi respiración se me atasca al sentir la mirada de ese hombre sobre mi. Me recuerdo dando pasos hacia atrás, arrastrándome por el mismo suelo húmedo, hasta wue choco un una pared sumamente fría, me sobresalto cuando algo me camina por los pies, no demoro en deducir que es una rata.

Me levanto rápidamente con pánico hacia la rata, a pesar de que este lugar tiene poca luz logro ver como el hombre frente a mí sonríe.

—Y bien querida hijita. ¿me dirás dónde está tú madre?—Se me acerca y siento en mi rostro su aliento a alcohol.

—No lo sé.—Digo entre soyosos, la voz me tiembla por el miedo que el provoca en mi.

Mami te necesito

Ven a salvarme

Por favor

Tengo miedo

Me haces falta

—Eres una...—No termina su frase, la palma de una de sus manos se estrella contra mí mejilla.

—Por favor.—Suplico.—No me hagas más daño.

—Eres mi hija, mia.—Recarca.—Asique podré hacer contigo lo que se me plazca.

—Por favor—Ruego una vez más.

Sonríe secamente y se aleja un poco de mi.

—Para ser una mujercita chillas como una maldita mocosa.

—Soy pequeña.—Murmuro

—¿Qué dijiste?—Inquiere con superioridad y alza una de sus manos haciéndome saber que si no hablo me golpeara.—Habla engendro del demonio estúpido.

—Dije que soy pequeña.—Digo con firmeza que la verdad no se de donde la saco.

—Tienes siete años, suficiente para complacer a un hombre.—Lo veo como se quita el sinturon y lo dobla, me golpea con el las piernas varias veces haciéndome gritar de dolor.—Y yo voy a enseñarte a complacer a un hombre.

Trago saliva duramente al darme cuenta de lo que se refiere.

No

Otra vez no por favor

Mamá ayúdame

Necesito ayuda

No quiero estar aquí

No quiero que me haga esto

¿por qué yo?

¿por qué a mi?

Siempre he sido buena

Soy buena

Por favor no...

—Ya tienes edad suficiente para traer dinero a la casa, asique te voy a enseñar lo que tienes que hacer.

—Por favor no...

Se abalanza contra mí bruscamente y me lanza hacia una mesa de metal que está completamente fría, me estremezco y la piel se me eriza, mi rostro se golpea contra la mesa, pero no logro a reaccionar cuando siento que el esta detrás de mi, desnudandome...

La verdadera tortura va a comenzar

—Tiffany, piccola!!!

Las lágrimas se deslizan sin control alguno por mis mejillas.

Besos Con Sabor ItalianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora