Capitulo 34

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Sus manos recorren mi piel desnuda, hago un cambio de posición colocandome sobre el, acomodo ambas piernas alrededor de las suyas y comienzo a hacer fricción entre nosotros, mientras reparto besos húmedos por todo sus pectorales fornidos.

Mi lengua delinea el tatuaje en su pecho, sacandole un gruñido, azota mi trasero de forma salvaje sacándome un chillido por la sorpresa pero no me molesta en absoluto.

Mis ojos se encuentran un segundo con la oscuridad lujuriosa de los suyos, y solo el saber que su dilatación se debe a mi, empeora aun más mi estado.

Vuelve a moverse posisionandoce sobre mi una vez mi sujetando mis manos con las suyas sobre mi cabeza. Su respiración se vuelve un poco entre cortada.

—Ya Vasta de juegos nena.—Su voz demandante y ronca solo empeora mi humedad, no puedo evitar morderme el labio inferior, entra en mi de una sola vez, jadeo al sentirlo completamente dentro de mi, comienza a moverse un poco lento sacándome pequeños jadeos.

Pero no es suficiente para mi.

Mi cara de frustración se hace evidente por unos segundos, ante los suaves movimientos que no son suficientes oara mi.

Como si nos comunicaramos telepaticamente sus movimientos comienzan a ser más fuertes y salvajes, pero firmes, Atrapa una vez vas mi boca con la suya ahogando un gemido de placer que se escapaba de mis labios justo en ese momento.

Su lengua se abre paso entre mis labios y comienza una placentera guerra contra la mía, mientras que sus enbestidas hacia mi se incrementan cada segundo, entra y sale sin control volviéndome jodidamrnte loca.

Sus labios abandonan los míos sin previo aviso para bajar hacia mis pechos totalmente erectos y chuparlos y mordisquearlos a su antojo, llevándome al infierno en un segundo.

Siento como el orgasmo se aproxima y rápidamente deja correr me mientras que el no deja de entrar y salir de mi con rudeza.

—¡Ahh!!—Gimo.—¡Dios! ¡Si!

—Dios no nena.—Dice en el momento que entra en mi total y bruscamente haciéndome jadear nuevamente.— Astaroth, tu único rey y amo. Tu demonio.

—¡Ahh!!—Gimo nuevamente.

—¿Quién soy nena? Dímelo.

—Mi demonio, ¡Ahh! ¡No pares!

—Dime que eres jodidamente mía piccola.—Su voz demandante solo me pone más caliente, muerde uno de mis pezones.

—Soy jodidamrnte tuya.—Obedezco.

—¿Y Quién soy ?

—Astaroth.

—¿Y que más?—Sus movimientos se suavizan, lo cual me frustra bastante.

—Mi rey y amo. ¡Mi demonio!

—Eso es nena.

—¡Ah¡!—Sus movimientos comienzan a ser  nuevamente rápidos, salvajes y firmes llevándome al clímax.

—Domenico.

—Tiffany.

Gemimos nuestros nombres al mismo tiempo en el que llegamos al orgasmo, siento todo su fluido dentro de mi realmente placentero, queda laxo sobre mi unos segundos antes de salir de mi y besarme.

Su teléfono suena interrumpiendo nuestro momento.

Ruedo los ojos mientras a regañadientes revisa el teléfono.

—Mmm, tendremos que irnos hermosa.—Me dice.

—¿Paso algo?

—Problemas que nunca faltan. Tengo que resolver algo.—Se me acerca y me besa.—Vamos te llevo a la casa.

Besos Con Sabor ItalianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora