Alexia
—¿Estás lista, cariño? —preguntó Andrew cuando llegamos al porche de la casa de sus padres.
De cierta manera, sí me sentía nerviosa por conocer a su familia, pero al mismo tiempo, me daba muchísima seguridad por lo menos conocer a Killian y a su esposa.
—Lista —aseguré con firmeza.
Andrew presionó el timbre y pronto la puerta se abrió, dejándonos ver por detrás del umbral a una mujer mayor, muy parecida a Andrew y quien seguramente era su madre.
—Hola, mamá —saludó Andrew y posteriormente se acercó a ella para darle un cálido abrazo como bienvenida.
—Hola, querido. Dios, cuánto te extrañé —respondió su madre aun estrechándolo entre sus brazos—. Y tú debes ser Alexia, ¿cierto? —preguntó al separarse de Andrew—. Qué gusto poder conocerte al fin. He escuchado muchísimo de ti. Y no solo de Andrew, sino de Killian también. —Se acercó a mí y me dio un afectuoso abrazo como saludo.
—El gusto es mío, señora Fenn —respondí después de separarnos.
—Oh, no, cariño. Dime Samantha —pidió amablemente y asentí como respuesta—. Pasen. Y por favor, Alexia, siéntete en casa.
Luego de agradecerle, Andrew entrelazó su mano con la mía y caminamos hacia el interior de la casa. Me guio hacia el comedor, donde pude reconocer a Killian y a Sofía, su esposa, sentados junto a un hombre de la misma edad que Samantha y que seguramente era el padre de Andrew, y a una chica que no pasaba de los veinte, quien debía ser la hija de Killian.
Tomamos asiento, uniéndonos a ellos luego de que Andrew me presentara a su padre y de haber saludado a su hermano junto a su familia.
—¿No han llegado los demás? —preguntó Andrew, refiriéndose a sus dos hermanos faltantes.
—Aaron no va a venir —le respondió su padre—. El pequeño Aaron tiene varicela. Y Jake no debe de tardar en llegar.
—¿No es muy pequeño para tener varicela? —preguntó Andrew incrédulo—. Tan solo apenas cumplirá un año.
—Algunas enfermedades no toman en cuenta a la edad. —le respondí—. Y mucho menos si es una enfermedad viral.
—Es una pena, entonces. —contestó Killian.
Samantha se incorporó a la mesa, después de depositar una taza de café frente a mí.
—Andrew me contó que eres amante del café —dijo al tomar asiento—. Pruébalo, te va a encantar.
—Gracias. —respondí sonriente. Tomé la taza entre mis manos para probar el líquido de su interior con un pequeño sorbo y solté un suspiro lleno de regocijo al finalizar. El café estaba delicioso.
—Andrew también nos contó que eres dentista —comentó Thomas, el padre de Andrew.
Asentí lentamente.
—Sí, eso estudié.
—¿Cómo es que terminaste trabajando en una editorial? —preguntó Killian.
—¿Trabajas en una editorial? —inquirió Jessie, la sobrina de Andrew, completamente sorprendida por el dato.
—Sí —le respondió su papá—. ¿Acaso no te lo había contado?
—No, nunca me contaste...
—¿Van a dejar que responda mi mujer o no? —interceptó Andrew.
Jessie y Killian me miraron al mismo tiempo, esperando pacientemente a que respondiera.
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Bajo la luz
RomanceAquellas personas que estén unidas por el hilo rojo están destinadas a convertirse en almas gemelas, y no importa cuánto tiempo pase o las circunstancias en las que se encuentren, están destinadas a vivir una historia valiosamente vital. Puede que n...