Alexia
Bajé del auto y me apresuré a entrar a casa, totalmente agotada y devastada. Eran más de las siete de la noche. No sabía en qué momento la carga de trabajo había aumentado tanto como para no permitirme salir en mi horario adecuado. Se suponía que, ahora que Amira estaba conmigo, las cosas debían ser mucho más fáciles para mí. Y lo eran, hasta cierto punto lo eran. Ella era buena y me ayudaba con muchas cosas, pero la única cosa con la que no podía ayudarme era con el manuscrito del escritor de Enfield, y ese, para mi mala suerte, era el manuscrito que me hacía trabajar en horarios no laborales.
Nunca podíamos ponernos de acuerdo. Mat y yo hacíamos correcciones del texto y al escritor no le gustaban, lo que nos llevaba a una interminable junta donde no se solucionaba absolutamente nada. Hasta ese punto, ni siquiera teníamos un título para el libro.
Mat y yo estábamos verdaderamente agotados de tener que lidiar con él. No sabía en qué momento un libro que prometía tanto se había convertido en algo tan difícil de conseguir.
Aventé las llaves del auto y de la casa hacia la mesa que había a un costado del recibidor, ignorando dónde habían caído. Ya era viernes y tenía más que permitido no pensar en ningún manuscrito de Book&books. Al menos, hasta el lunes siguiente.
Hice una parada rápida en la cocina para tomar un vaso de agua, aproveché para tomar un bocadillo para Wonder y me dirigí hacia donde creía que ambos se encontraban.
Llegué a la puerta del estudio, la cual se encontraba abierta, y pude encontrarlos de inmediato. Wonder estaba profundamente dormido a los pies del sofá y Andrew estaba sentado detrás del escritorio, escribiendo en su portátil, tan atento y concentrado. Me recargué en el filo de la puerta y puse en marcha la mirada más pesada y penetrante que sabía que podía poner, sintiendo curiosidad por saber cuánto tiempo se tardaría en notar mi presencia.
Crucé los brazos sobre mi pecho y esperé pacientemente. Podía imaginar que estaba escribiendo el contenido de su siguiente libro y me percaté en lo mucho que disfrutaba hacerlo. Nunca le había puesto atención mientras escribía, hasta ese momento. Lucía más que concentrado, sus peculiares ojos azules brillando, reluciendo cual estrella, y sonriendo de vez en cuando.
No fue hasta que mi celular emitió el sonido de una notificación, que Andrew levantó la mirada de su laptop y finalmente me miró.
—¿Cuánto tiempo llevas ahí parada?
Sonreí.
—No mucho. —Me dirigí hacia él, dejando el bocadillo de Wonder sobre el sofá en el proceso y cuando llegué le di un largo beso en los labios como saludo. Al separarnos, me senté sobre su regazo—. ¿Qué estás escribiendo? —Me incliné un poco hacia delante para poder leer mejor, pero solo alcancé a leer que estaba escribiendo el capítulo número quince cuando Andrew cerró la laptop rápidamente. Por supuesto, me ofendí. —¿Por qué no quieres que lea?
Me atrajo hacia él para que pudiera apoyarme sobre su pecho nuevamente.
—Es una sorpresa.
Lo fulminé con la mirada.
—Da igual. No voy a leerlo todo, solo una parte.
—Que no, estrella. Después.
Suspiré.
—Pero ¿¡Por qué!?
Me dio un besó en la mejilla, impasible y sereno, y luego sentí su cálido aliento sobre mi oído.
—El capítulo que estoy escribiendo se trata de ti. —Depositó otro beso antes de apartarse—. Te dije que este libro se trata de lo que sucede después de llegar a la cima del éxito. Yo encontré el amor después de eso. Te encontré a ti. —Dio un pequeño toque con su dedo índice en mi nariz—. Así que no quiero que lo leas hasta que esté completamente terminado. Es más, no lo vas a leer hasta que le entregue el manuscrito a la editorial.

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Bajo la luz
RomanceAquellas personas que estén unidas por el hilo rojo están destinadas a convertirse en almas gemelas, y no importa cuánto tiempo pase o las circunstancias en las que se encuentren, están destinadas a vivir una historia valiosamente vital. Puede que n...