CAPÍTULO 25

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Kiara

Me miré en el espejo por última vez y satisfecha con lo que había decidido vestir para la dichosa fiesta de los amigos de Andrew, me dirigí hacia la sala de estar, donde aquellos dos se encontraban.

Ambos estaban esperándome sentados sobre el sillón. La espalda de Alexia se encontraba apoyada contra el pecho de Andrew mientras Wonder yacía acostado sobre el regazo de mi amiga, jugando con él y llenándolo de caricias.

—¿Lista? —me preguntó Andrew cuando me miró estática en la entrada de la sala.

Alexia alzó la mirada y pronto sus ojos comenzaron a escanearme de pies a cabeza. Hizo una mueca que irradiaba inconformidad por todas partes y apartó cuidadosamente a Wonder para poder incorporarse.

Estaba a punto de asentir a la pregunta de Andrew, cuando Alexia llegó hasta mí.

—No, no estás lista. —posó sus manos sobre mis hombros e hizo darme media vuelta, guiándome de regreso a la habitación donde me estaba quedando.

—¿Cómo que no estoy lista? —pregunté confundida, pero dejando que me guiara de vuelta a mi recamara.

Entramos a la habitación y Alexia se dirigió directo a mi equipaje. Extrajo un suéter blanco con líneas horizontales negras, luego tomó del armario un abrigo color camello que me llegaba un poco más abajo de las rodillas y remató eligiendo unos botines negros.

—Cámbiate. —ordenó firme, dejando mi ropa en la cama. Se dirigió de regreso a mi equipaje y tomó el bolso donde guardaba mis cosméticos, arrojándolo sin cuidado junto a las demás prendas—. Y maquíllate también.

Crucé los brazos sobre mi regazo y le dediqué una mirada incrédula.

—¿Por qué? —pregunté con el ceño fruncido—. Me siento cómoda así como voy. —y era cierto. Vestía una blusa cualquiera con una chaqueta cualquiera y unas zapatillas deportivas a juego.

Puso los ojos en blanco.

—Puedes dejar la comodidad para otro día. —acotó mordaz—. Tienes quince minutos para estar lista. Ya vamos tarde. —comenzó a caminar hacia la salida de la habitación, pero la detuve antes de que pudiera hacerlo.

—No te entiendo. ¿Cuál es la finalidad de todo esto?

—Pues que te cambies. —respondió como si fuera obvio.

—Ajá, pero ¿por qué? —insistí.

Se rascó la sien distraídamente.

—La verdad es que no lo sé. —dijo dubitativa—. Pero desde que Andrew nos habló acerca de la fiesta a la que iremos, tuve un presentimiento de bruja. No sé exactamente de qué se trate, pero hay que ir preparadas para todo.

Solté una carcajada.

—¿Y qué te hace pensar que ese presentimiento de bruja va a beneficiarme a mí? —inquirí completamente incrédula.

Dejó caer sus brazos a modo de rendición.

—¡No lo sé! Todo puede suceder. Pero si sí sucede, te arrepentirás el resto de tus días por no haberme hecho caso y no cambiarte. Así que ahorrémonos esa parte y apúrate. Te quedan diez minutos, ya malgastaste cinco.

La miré detenidamente tratando de ver más allá de lo que ella estaba diciendo en voz alta.

—¿Será que tú sabes algo que yo no y me lo estás escondiendo? —pregunté escrutándola con la mirada.

Bufó.

—Por supuesto que no. Sé tanto como tú acerca de la fiesta. —parecía ser que me estaba diciendo la verdad.

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