CAPÍTULO 20

477 24 0
                                        

Alexia

Entré al supermercado y tomé una canastilla de la inmensa torre que se encontraba al principio de los pasillos.

Comencé a caminar en búsqueda de mis objetivos. Andrew me había pedido comprar algunas cosas que también le hacían falta, aprovechando mi breve parada para hacer las compras.

Me dirigí hacia el departamento de higiene y belleza, y una vez que encontré la sección de hombres empecé a buscar la marca específica que me había escrito Andrew por mensaje de lo que aparentemente era su loción para baño.

La visualicé entre todos los demás productos y una vez que la tomé entre mis manos, abrí la tapa para poder olfatear el aroma. Y ahí estaba. Ese olor a menta que siempre se desprendía de su cuerpo. Como cuando una persona pasa fugazmente a lado de ti y de pronto en el aire se respira la fragancia.

Finalmente cerré el producto y lo eché dentro de la canastilla.

Seguí buscando entre los pasillos hasta que todas las cosas que él me había encargado estuvieran totalmente recolectadas: crema para afeitar, loción para afeitar, un par de navajas, un cepillo de dientes y un antitranspirante.

Volví a revisar el mensaje que me había mandado, donde venía la lista de todas las cosas que debía comprar para él. Al asegurarme de que nada me había faltado, me dirigí a la sección de mujeres para conseguir un champú.

Escaneé rápidamente los productos, sin encontrar el que estaba buscando.

Yo no me podía dar el lujo de estar cambiado de marca cada que quisiera, porque mi cabello comenzaba a quebrarse, a lucir seco o en el peor de los casos, comenzaba a caerse.

No me quedó otra opción más que tomar una marca que, si bien, no me servía demasiado como la que acostumbraba a usar, me ayudaba mucho más que cualquier otra marca que yacía en los estantes.

Estaba a punto de echar a la canastilla mi champú, cuando la conversación que tenían dos chicas al final del pasillo llamó mi atención.

—¿Ya viste esto? —la chica con cabello rubio le acercó el móvil a su acompañante, luciendo completamente impresionada por lo que fuera que hubiera visto.

Su acompañante, quien tenía el cabello teñido de un rojo zanahoria, se llevó la mano a los labios, luciendo incrédula ante lo que sus ojos estaban viendo.

Y yo, como buena persona chismosa que era, quería que por favor dijeran el contexto de lo que estaban viendo en el móvil para poder degustar el chisme cómodamente.

Sin embargo, cuando la rubia lo vocalizó, me arrepentí profundamente de haber querido saber el contexto.

—Es indudable. Andrew Fenn está saliendo con alguien.

Abrí tanto los ojos por la impresión, mientras seguía observando detenidamente todos los envases de champú existentes en el estante.

Mi sentido auditivo se agudizó aún más para lograr escuchar por completo la conversación de aquellas dos.

—No hay prueba más clara que una foto de él besándose con esa chica. Pero... ¿Ella de dónde habrá salido? ¿Quién es?

Algo me decía que, entonces, en redes sociales estaba circulando una foto de nosotros dos. Besándonos. Seguramente en...

—Están en Calm Street, la cafetería que está en la calle Carnaby.

Exacto, en la cafetería.

—No se logra ver bien su rostro. —dijo la pelirroja—. Sin embargo, con lo poco que se llega a ver no puedo reconocerla de algún lado.

Bajo la luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora