Alexia
—Necesito que hablemos de algo. —habló Kiara detrás del móvil.
—¿Ahora? —pregunté frustrada.
—Sí, ahora. ¿O estás muy ocupada?
Era viernes y me encontraba sentada detrás del escritorio en mi oficina. Y estaba frustrada porque esta mañana Mat había pasado a visitarme dejándome dos libros nuevos para traducir. Y sumando que iba mal con la traducción de Detrás de mí, sentía que no tendría suficiente tiempo para terminar con todo.
Me hice una nota mental para no olvidar llevarme a casa el libro de Andrew y así avanzar lo más que pudiera durante el fin de semana; los demás libros sé que serán pan comido y no me preocupaban tanto. Pero éste sí. Éste era importante y no había que perder la cabeza en el proceso.
Sin embargo, era muy tarde.
Creo que ya la había perdido.
Debatí conmigo misma la petición de Kiara y elegí darme unos diez minutos para atender su llamada, descansar un poco y despejar mi mente.
—No. Adelante, te escucho. —suspiré.
—Verás... estamos en esta parte del año donde ya debemos empezar a planear nuestro tradicional viaje anual.
El viaje anual, claro. Lo había olvidado por completo.
Kiara y yo solíamos tener un tipo de tradición, donde, al final de año, nos íbamos de viaje siempre a un destino nuevo con el motivo de celebrar nuestros respectivos cumpleaños. Kiara cumplía años en octubre y yo en diciembre. Sin embargo, siempre solíamos irnos las últimas semanas de diciembre, porque ambas nos encontramos de periodo vacacional. Nuestro último viaje tuvo como destino Canadá. Y Kiara sí que lo supo aprovechar.
—¿Ya deberíamos? —pregunté buscando rápidamente el calendario en mi ordenador. Estaba tan atareada que ni siquiera sabía en qué mes estábamos.
—Por supuesto, ya hasta nos tardamos.
—Uy, sí. Estamos comenzando octubre. —dudé un segundo, antes de continuar—. ¿Crees que sea buena idea hacer un viaje este año?
—Pues... sí. ¿O a qué te refieres?
—No quiero arruinarte el viaje, porque también lo hacemos por tu cumpleaños. Pero este año no me apetece tanto celebrar el mío. No tengo cabeza y la situación me sobrepasa.
—¡Vamos, Alexia! No todos los años cumples veintisiete. Sé que la situación te sobrepasa, pero tómalo como una vía de escape.
—Tienes razón, tú no todos los años cumples treinta. —reí.
—¡Así es! Míralo por ese lado. Estoy a punto de pisar el tercer piso, debemos celebrarlo sí o sí.
—De acuerdo. —accedí, suspirando—. ¿Qué propuestas tienes?
—Tengo tres: Nueva York, Seúl y Tokio.
—¡Vaya! Nada mal. Pero creo que, con las últimas dos propuestas, Nueva York queda descalificada.
—Muy bien. ¿Seúl o Tokio?
—¿Tú que dices? ¿Seúl, cierto? —pregunté lo que evidentemente, era obvio.
—¡Qué bien me conoces! Sí, voto por Seúl. Ahora no quieras ser la manzana de la discordia y vota también por ese, para que sea todo por decisión unánime.
Solté una carcajada y negué con la cabeza.
—De acuerdo. Entonces, Seúl será. —alcancé a escuchar como Kiara soltaba un chillido de la emoción.
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Bajo la luz
Storie d'amoreAquellas personas que estén unidas por el hilo rojo están destinadas a convertirse en almas gemelas, y no importa cuánto tiempo pase o las circunstancias en las que se encuentren, están destinadas a vivir una historia valiosamente vital. Puede que n...