CAPÍTULO 29

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Kiara

Abrí la puerta del jardín y me encontré a Alexia sentada en los escalones del porche mientras grababa un vídeo en su móvil de Andrew y Wonder jugando con un trozo de madera sin forma por todo el césped. Parecía que habían logrado arreglar sus diferencias luego de que ella se enterara acerca de su pasado. No podía culparla, ni mucho menos juzgarla. Tanto Andrew, como Vincent eran temas bastante especiales para nosotras dos.

—Hola y adiós —dije cuando llegué al borde de la escalera—. Ya me voy.

Alexia puso en pausa la grabación de su video e inclinó su cabeza hacia arriba para mirarme hasta mi altura.

—¿Ya llegó Vincent por ti?

Una sensación extraña se incrustó en mi pecho por la pregunta. Jamás, en toda mi vida, creí que podría escuchar algo así.

—Sí, me escribió un mensaje donde decía que ya estaba afuera.

Luego de que él me escribiera para ponernos de acuerdo para ir a la galería y una vez que lo resolvimos, seguimos conversando vagamente. La verdad es que ambos nos tardábamos demasiado en responder, lo que hizo que no tuviéramos una gran plática.

—Muy bien. Bueno, entonces, diviértanse mucho. —Alzó ambas cejas repetidas veces de modo muy sugerente y negué con la cabeza.

—Te veo al rato. Despídeme de tu marido.

Emitió un sonido como respuesta mientras volvía a activar la cámara de su móvil y reanudaba la grabación de su video.

Regresé al interior de la casa para dirigirme a la entrada principal. Al abrir la puerta, me encontré con una camioneta de color negro aparcada frente a la acera. En la puerta trasera se encontraba de pie un hombre que aparentaba ser relativamente joven y al acercarme, se limitó a saludarme con un asentimiento de cabeza, al mismo tiempo que abría la puerta para mí.

Me subí al vehículo y visualicé a Vincent en el asiento de a lado. Había una persona más en el auto, quien era el que estaba conduciendo y luego se incorporó la persona que me ayudó a abrir la puerta, quien aparentemente era su mánager.

—Bien. ¿Cuál es el plan, entonces? —pregunté después de habernos saludado con tanta naturalidad, mientras abrochaba el cinturón de seguridad.

—Compré una obra y se supone que llegó el día de hoy a la Galería Nacional. Me pareció que podría ser una gran oportunidad para mirar las exposiciones que estén exhibidas.

Asentí mientras pasaba un mechón de cabello por detrás de mi oreja y miré hacia la ventana, apreciando la ciudad a través del cristal.

—Déjame presentarte a alguien. Él es Juwon, es mi mánager. —Señaló al chico que ocupaba el lugar del copiloto—. Y él es Jiho. —Señaló a quien se encontraba conduciendo—. Él también es parte de mi equipo.

—Hola, mucho gusto —los saludé desde mi lugar—. Soy Kiara.

—El gusto es de nosotros —dijeron al unísono.

El trayecto hacia la galería siguió su curso bajo un silencio un poco incómodo. Este de vez en cuando era interrumpido por Juwon, quien le preguntaba cosas aleatorias a Vincent acerca de la grabación de su próximo video musical y otras más que no lograba comprender porque hablaban en coreano.

Al llegar a la Galería Nacional, nos encontramos con la sorpresa de que estaba muy concurrida. Y tenía todo el sentido del mundo, ya que era sábado. Antes de que pudiéramos entrar al lugar, el mánager de Vincent nos detuvo. Me ofreció un cubrebocas y una cámara fotográfica, argumentando que lo hacía para que pareciera parte del equipo y no como el acompañante de Vincent.

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