Alexia
Definitivamente no estaba pasándola nada bien y mi vida después de él estaba siendo caótica.
Los comentarios donde todo mundo me odiaba al principio no me dolían ni me afectaban porque sabía que no importaba, él estaría conmigo para apaciguar todas mis dudas e inseguridades, él me ayudaría a comprender que nada de eso era cierto.
Consideraba que cada comentario negativo valía la pena porque al final del día Andrew estaba conmigo y nada más importaba. Nada más me importaba porque solo yo sabía que nuestra relación era estable y verdadera.
Bueno, al parecer no lo era tanto.
Ahora leer cada comentario me dolía tanto. Eventualmente el fandom encontró mis redes sociales y comenzaron a atacarme con miles de comentarios negativos, nada nuevo entre ellos.
"Es una cazafortunas".
"La diferencia de edad es mucha. Ella es muy joven y seguro solo busca su dinero".
"Ella no es nadie".
"La chica está linda y todo, pero parece que Andrew quiere terminar de criarla".
Cada comentario dolía igual que el anterior. Nunca me preparé para ser lo suficientemente resiliente para este tipo de situaciones. Jamás pensé que pudiera ser tan relevante (de mala manera) y tener que andar en boca de todos. Odiaba tanto llamar la atención, y de verdad estaba pasándola mal ahora que el foco de atención estaba sobre mí.
Llegué a la conclusión de que antes de perder la cordura, lo mejor era dejar las redes sociales a un lado. Desinstalé hasta la aplicación de Linkedln por si se atrevían a encontrarme a través de esa plataforma y seguir juzgándome a la distancia.
Era tan fácil enviarle un comentario negativo a través de una aplicación a otra persona, porque básicamente era de manera anónima. Hacerlo a través de un dispositivo te daba el valor suficiente que en persona te hacía falta. Y lo peor es que hasta que no vives una situación en donde tú ahora eres la víctima, puedes entender lo mal que está.
Lo único bueno que tenía mi celular en esos momentos era un emulador que descargué hace años, donde podía simular una consola de Nintendo DS. Llevaba el fin de semana encerrada en mi habitación, acompañada de una caja de pañuelos, un bote de helado tamaño extra jumbo y mi fiel emulador de DS.
Sin embargo, ya era domingo y tenía que despabilar para poder ir a trabajar al día siguiente, con la cabeza bien fría y dando todo de mí.
Cuando terminé una de las tantas partidas que jugué de Mario Party, decidí que era momento de regresar a la vida. Me levanté de la cama, la hice, y comencé a recoger el desastre que había creado en tan solo un día en mi departamento.
Creí que mi mente se distraería si me ocupaba con las tareas domésticas, pero no fue así. Cuando abrí mi armario para meter la ropa limpia, encontré una chaqueta de Andrew. Todo el armario olía a su loción de menta a causa de esa chamarra. Mi corazón se estrujó al verla colgada y me fue inevitable no mirar hacia mi cama. Miles de recuerdos llegaron a mi mente; las primeras veces que dormíamos juntos, la primera vez en donde me di cuenta de que lo estaba empezando a querer.
Suspiré antes de tomar la chaqueta desesperadamente. Me frustraba estar viviendo de recuerdos. Creía que ninguna ruptura me había dolido tanto como esa y la impotencia me lastimaba segundo tras segundo. Definitivamente no estaba acostumbrada a sufrir por amor.
La coloqué en una bolsa de plástico y la deje en el cuarto de lavado. Regresé al pasillo y entré al baño para recoger todos mis cosméticos que había dejado regados antes de irme a casa de Andrew un día antes.
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Bajo la luz
RomanceAquellas personas que estén unidas por el hilo rojo están destinadas a convertirse en almas gemelas, y no importa cuánto tiempo pase o las circunstancias en las que se encuentren, están destinadas a vivir una historia valiosamente vital. Puede que n...