capitulo 4: problemas

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Al siguiente dia y me cambiaron definitivamente al comedor, iba a mantener mi puesto sirviendo el café en el desayuno, almuerzo y té de cena. El Jefe tom ahora iba al comedor cada dia para todas las comidas según lo anunciado.

Algo me intrigaba muchisimo era que siempre sentia su mirada en mi, le encantaba encontrar cada error para verme sufrir mientras me llevaban al cuarto de torturas para mi látigo del dia.

Un día él desayunaba; era mi segundo dia en el desayuno.

-Los quiero a todos afuera, menos a ella.-Dijo y como suposición pensé hablaba de alguien más y camine. de repente me tomaron de mi brazo bruscamente para detenerme, me asuste tanto que solté la tetera del té, no se quebró ya que era de acero inoxidable pero hizo mucho ruido aunque no se hotara su contenido.

-Cuando tendre una maldita comida sin que hagas desastres. Este dijo molesto dando un golpe la mesa y pegue un brinco pequeño-Traigan a otra persona y llevesela. Dijo mas calmado

-No, sueltame.-Luche, la señora woo me dijo que mientras más errores peor me iba a ir, y el pánico me atacó despues de lo que él dijo. Me llevaron al cuarto de torturas; me lanzo contra la pared.

-Basta, por favor.-Dije entre lágrimas al mirarlo con
miedo sin tener a donde huir.

-Si te resistes te ira peor.-Dijo molesto, se acerco a mi y volteo mi cabeza de una bofetada. Seguido a esto me tomó con brusquedad y coloco mis manos en una máquina la cual fue apretando proporcionando gritos de dolor de mi parte.

-Pensarás mejor al tirar algo.-Dijo cuando soltó la presión de esta máquina de tortura, caí al suelo mirando mis manos, mis venas estaban apunto de explotar.

-Estas haciendo enojar al jefe niña, no duraras mucho.-Dijo ayary  burlón-Cada vez pedirá que el castigo sea más fuerte, largo,

Acomode mi traje y salí rápidamente cogeando tomando mi brazo. El jefe era un monstruo.

No podria seguir así, si seguia cometiendo errores me iria peor cada vez pero nada cambiaba, así fue que un día me lleve lo peor...

Arreglaba la mesa para el almuerzo, estábamos sin vigilancia, pues solo colocamos todo en la mesa y los guardias vigilaban la comida en la cocina.

Escuche un gran ruido y cuando voltee la señora Ji, la señora más mayor de la casa había tirado una olla pequeña de arroz por accidente; me miro con mucho temor y escuche como los guardias se acercaban, me acerque a ella rápidamente a ver si estaba bien.

-¿Que mierdas hicieron?.-Dijo un guardia llamado Daniel.

-Lo lamento señor, no volverá a pasar.

perdón.-Escuche a La señora Ji desesperada.

-Ya estas muy vieja, el jefe se hartara de tu incompetencia.-Decía un guardia jalandola con brusquedad.

-No, por favor no aguantare.-Dijo en suplica, todo lo que pasaba por mi mente era ¿qué hago?, yo estaba a pocos metros de la olla al igual que ella.

-Aprenderás.-Dijo y la jalo.

NO-Grité y me miraron sorprendidos. Estaba harta de esto, callé por mucho tiempo pero no aceptaría que la castigaran, la matarían.

-Callate.-Dijo molesto y se acercó a mí para abofetearme.-No se cuanto tiempo el señor te aguantara, siempre me respondes, insolente.-Cai al piso y no lo pensé dos veces.

-Es una señora, es mayor pensé que usted respetaban a los mayores.-Grite furiosa con sangre en mi labio.

-Que sabes tu inmunda extranjera.-Dijo molesto y me escupió en mi pierna.-Tu hiciste eso vieja inmunda, pagarás. Dijo y la jalo aún más.

vendida a un mafioso (Tom Kaulitz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora