Capítulo 37

667 73 29
                                    

Mi cabeza va a explotar

No vuelvo a tomar

Siguete mintiendo

Veo la habitación, esta oscura. Las cortinas están bajas, evitando que entre la luz solar. Miro mi ropa y solo llevo una camiseta, aunque no es cualquier camiseta...

Es la camiseta del pervertido

Lo busco por la habitación pero no está. ¿Durmió conmigo?, no recuerdo más, luego de....

Lo que ocurrió en mi oficina del bar.

Percato algo en la mesa de noche y me acerco a ver. Es una pequeña nota junto a una rosa roja, al igual que una pastilla y vaso de agua. Agarro la nota para leerla. Quedo sorprendida por la hermosa caligrafía que posee.

Incluso mejor que la mia

Mi pequeña Diosa, antes que nada espero hayas tenido buen despertar como yo lo obtuve. Te dejo una pastilla para el dolor de cabeza. Salí muy temprano, por lo que no me verás el día de hoy. No hagas locuras, excepto que sea conmigo.
Nos vemos pequeña.
E.V


Sonrio como una niña, tomo la rosa para olerla. Nadie se había preocupado por mi antes, y que venga de parte de él. De algún modo, me hace sentir especial. Bebo la pastilla para ducharme. Al parecer el día de hoy estaré sola, sola con Beatriz, Karl y el novato de escolta que seguro esta detrás de la puerta.

Dicho y hecho, al terminar de ducharme salgo para encontrarme con el mismo que me apunto el día que llegue.

—Ama Vasileiou, buen día—pronuncia con temor.

Solo lo miro

—Agradece que estoy de humor—sonrio—Buen día.

Paso por su lado y me dirijo al único lugar que, tanto mi estómago como yo...

Anhelamos

La cocina

Al llegar Beatriz me recibe con una deslumbrante sonrisa. Karl se encuentra leyendo el periódico con su mejor cara de concentración. El olor a café es lo mejor que puede existir.

—Veo que esta de buen humor, ama—dice mi ama de llaves.

—Tuve un buen despertar—limito a decir.

—Siéntese, el desayuno ya casi está listo—anuncia y hago caso.

Observo la mesa, hay pan con mantequilla horneados, jugo de naranja, café. Todo lo que amo en el desayuno.

—¡Oye anciano!

Mi fiel chófer deja el periódico de mala manera para mirarme feo.

—Anciano tu.....

Río ante su expresión

—Tranquilo, sabes que si por mi fuera estuviera casada contigo—tomo un pan.

Sonrie ladinamente

—¿Me estas diciendo que estoy sabroso?—bromea.

Por dios, Karl

—Eres como el vino, mientras más viejo más bueno—respondo y escuchamos a Beatriz reír.

Karl se enorgullece y se inclina en la mesa, me hace seña para que repita su acción.

—Aquí entre nos—susurra—Estoy dispuesto a esperarla, pero debe dejar al amo primero.

Karl se ha vuelto un gran amigo para mí, es como el novio cuarentón que siempre desee.

1:La Muñeca de la mafia [Mentiras Y Secretos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora