Capítulo 71

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3 de diciembre

Con la ayuda de Karl. Beatriz. Neo. Bianchell. Hemos organizado una pequeña fiesta sorpresa para el pervertido de mi esposo. Hace dos días regresamos de Galicia. Donde el nuevo inquilino viajo a Madrid. Al amanecer descubrimos que mataron a su madre. Así que lo tome y adopte como mío. Camino a la sala donde Neo hace riera a los demás debido al helio que contiene sus pulmones.

—Espero tengan todo listo—amenazo a mis cómplices, es el estrés el que me tiene así.

—Venga cuñada….Ya pareces al idiota de mi amigo—exclama con la voz chillona.

Estallo en carcajadas. Todos me siguen hasta que es hora de calmarnos y seguir. La sala ha sido despejada de todos los muebles, estantes, para dejar una gran pista. La decoración blanca con dorada haciendo referencia a la mitología griega. El pastel es grande, exagerado. Muy típico de Eros. Unas tiaras con forma de hojas de oro en la mesa. El piso pulido y pulcro. El día esta algo gris. Eros odia el frío. O el invierno, pero aún así me encargaré de darle un gran día.

Kratos se encuentra mirándome desde su camita moviendo la cola. Sus ojos amarillos son muy tiernos. Al principio Beatriz temía verlo. Debido a su color de pelaje y iris amarillas. Le aterraba. Karl, se alegró de ver a la pequeña bola de pelos con nosotros .

—¿Qué dices pequeño? ¿Crees que le guste al amargado de tu padre?—lo cargo con cuidado , así no lastimar su pata. Me lame la mejilla y río—. Eso parece un si.

Avanzo hasta la habitación para cambiarme. Pretendo usar un vestido blanco, algo parecido al que use el primer día que nos conocimos. Pero este es diferente. Suelto a Kratos en la cama, quien agarra una almohada para morder. Entro a ducharme para comenzar a arreglarme. Me coloco la bata para ir a maquillarme. Uso algo sutil. No me gusta mucho el maquillaje, siendo honesta. Eros tampoco le gusta que use mucho. Dice que mi belleza no requiere de ello.

Me arreglo para tomar a mi hijo y caminar a la sala. Los demás se han ido.

Pasaron las horas y por fin logramos escuchar el motor de la camioneta de Eros. Siento un cosquilleo en mi estómago. Mis manos sudan y mi pulso se acelera. Millones de dudas entran en mi. ¿Le gustará? ¿No es suficiente?. La puerta se abre y los pasos cada vez se acercan. Apenas logramos visualizar una cabellera rubia, gritamos.

—¡Sorpresa!.

Los ojos de aquel hombre que se ha merecido mi amor se abren como platos. Mira a su alrededor con una sonrisa que no sabría describir. Deja caer su saco para buscarme. Todos me empujan hacia delante, río con nervios mientras que el amargado de veinticinco años viene a mi con rapidez.

—Χρόνια πολλά Θεέ Έρωτα.

Feliz cumpleaños Dios Eros

Muerde su labio para besarme con fervor. Los aplausos estallan al igual que los aullidos de Kratos. Se añeja de mi para observarme de pies a cabezas. Se detiene en mi pecho para seguir por mi rostro. Sus manos van a la corona que yace en mi cabeza.

—Sabía que eras una Diosa—murmura sin mirarme—. Eres lo mejor de mi vida, Psique.

Entrelazo nuestras manos para caminar hasta los demás. Felicitamos, bailamos, reímos. Sin duda nada puede arruinar este día. Ver a Eros feliz a pesar de las adversidades que hemos atravesado. A pesar de que nuestras familias hayan tomado su rumbo. A pesar de que su padre no está. Me llena de regocijo y paz.

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La fiesta terminó más tarde de lo que imagine. Y eso que solo éramos los cercanos a nuestra pequeña familia. Me quito los zapatos altos para tirarlos a cualquier lugar. Me duelen los pies. Kratos se ha dormido, luego de haber comido. Camino por una botella de ambrosía, siendo detenida a mitad de camino por aquel Dios griego que me sujeta con fuerza.

1:La Muñeca de la mafia [Mentiras Y Secretos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora