Capítulo 75

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Y si....

¿Volvemos a ese diciembre?

Ese donde solíamos reunirnos en familia. Divertirnos con juegos y bailar hasta amanecer.

Solo que....

Es imposible volver

La nieve cae con delicadeza sobre el gran campo que solía ser verde. Las sábanas me mantienen tan cálida que no quiero levantarme ni para ir al baño. Pero como si el destino me quisiera llevar la contraria.

Una pequeña mordida en mis dedos me hace reír. Quito la cobija para sentarme y encontrarme con un Kratos sonriente. Su diminuta lengua fuera junto a unos pequeños jadeos escapan de su boca. Inhalo divertida para ir hasta el. Me lame mi mentón y río.

-Feliz navidad para ti también precioso -digo entre risas.

Deja su acción para acomodarse mejor sobre mi. Acaricio su cabeza y este se relaja. Miro por el ventanal es clima y me recuerda la vez que estuve encerrada en Alemania. Cuando construi a copo con mi ex esposo.

Me pregunto si....

No Shein, prometimos pasar página

Eres tan patética

Cállate

El rugido de mi estómago detiene la pelea con mi conciencia. Me levanto con mi hijo en brazos para bajar a la sala. Las paredes blancas con detalles dorados están decoradas con cuadros que Artemis se ha encargado de pintar. Veo los trazos, los tonos, lo que transmiten. Me enorgullece ese pequeño. Aún no he decorado. He pensado hacerlo, pero a la vez no.

-¿Qué dices pequeño, crees que debo decorar? -le pregunto al lobo bebé quien me mira como si estuviese loca.

Y valla que lo estaba

Tal vez debería decorar. Digo, vivo sola con un lobo negro quien se está recuperando de su pata lastimada. Al menos sesenta hombres quienes me custodian y protegen. Lo normal en mi vida.

Bajo a Kratos quien camina lento por la cocina. Busco algo para cocinar y veo la receta de unas galletas con chispas de chocolate que había buscado la noche anterior. Miro a mi hijo y luego la receta. Aplaudo con orgullo y decidida....

-Voy a hacer galletas.

Pero primero a desayunar. Voy por pan, algunas yemas y tocino. Prepararé un desayuno americano como se llama en realidad. Y mi jugo de naranja, nunca puede faltarme. Preparo mi desayuno y un poco para Kratos. Busco mi teléfono para colocar música pero debido a tener las manos mojadas se oprime la casilla de galería. Veo la pantalla para salir y una fotografía de Eros es lo primero que sale.

Detallo sus rasgos. Su nariz perfilada. Sus labios rosados. Su sonrisa perfecta que adoro.

¡Basta con ello!

Me golpeo mentalmente para distraerme en otra cosa que no sea el. El señor Beckman me llamó hace días para decirme que Eros había firmado el divorcio. Me dolió un poco el ver que no significo nada en su vida. Que pudo más el odio que el amor. Ignoro todo lo pensado para sentarme en el suelo con mi bebé para comer. Después de alimentarnos voy a lavar los platos, cuando unos golpes tocan a la puerta.

Que extraño

No esperaba a nadie. Bruno y Lorenzo estaban en Italia con las fiestas de la mafia Italiana que organizan todos los años. Bianchell y Neo estaban en las Maldivas festejando. Y mi familia, bueno. Desde aquella vez que decidimos alejarnos, y de cómo decidí dejar de formar parte de sus vidas. No he vuelto a saber de ellas. Al menos por su parte.

Camino hasta la puerta para abrirla. Al hacerlo, veo un Giyu con mejillas rosadas debido al frío. Trae consigo un abrigo negro, un gorrito para el frío del mismo color. Tiembla desde su posición y solo lo miro extrañada.

1:La Muñeca de la mafia [Mentiras Y Secretos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora